dimarts, 10 de maig del 2011

VoNLeNsKa

Esta tarde, al salir del trabajo me he dado de bruces con una persona con quien antes, en una época determinada, habíamos sido un poco más que compañeras. No diría amigas, pero sí muy conocidas. La historia se rompió, intuyo el por qué pero ella jamás me explicó su porqué (en lo que viene siendo la tónica general, por lo visto, de las personas que ponen fin a una relación, y entre las que creo voy a acabar por incluirme): Por esa época una buena amiga mía, o eso creía, me convirtió en la protagonista principal de una historia de terror sin pies ni cabeza. En ella yo era la Niña del Exorcista mezclada con Cruella de Vil y la Bruja de Blancanieves. Buf. Explicó la historia a quien quiso escucharla y la creyeron (yo también creo, a veces, a mis amigas aunque sepa que no tienen razón, cuando me pongo subjetiva lo soy y mucho, pues anda!). Así que decidí encerrarme en mí y alejarme de toda esa movida.

Verla hoy me ha hecho pensar en qué aprendí de aquella historia, de aquel final. He querido centrarme en eso. No en porqués, en si debí hacer más o menos, en si...

Mal no, lo pasé muy mal, tenía que desmentir una historia absurda que circulaba alegremente. Decidí que no, que no lo haría. En ese momento supe que quien me quería, quien me conocía de verdad, quien confiaba en mí y sabía cómo me importa la amistad no creería esa película. Y quien la creyera es que no merecía seguir a mi lado, o yo al suyo.

Eso aprendí, a relativizar, a dar importancia a las relaciones que la tienen, a centrarme en mis amigos, a reducir el círculo y llenarlo de calidad en vez de cantidad, a contar conmigo, a saber qué relación merece una lágrima, si se da el caso, y una segunda oportunidad, o tercera, o cuarta.

De nuevo he sonreído al pensar que, gracias a todo aquel mal trago, soy cada vez más la persona que quiero ser respecto a las relaciones en general.

Mientras pensaba en esto he visto una pareja en la puerta de un bar, no puedo decir si hablaban o no, solo sé que en un momento dado ella ha dado media vuelta, airada, y sola se ha ido calle arriba, enérgicamente. Él se ha quedado un rato mirándola, incrédulo, y al pasar por su lado he podido ver cómo guardaba en su bolsillo un paquetito, bien mono, envuelto en papel de regalo, con un pequeño lazo. Seguramente en ese momento él era incapaz de intuir que ese regalo sin destinataria, ese desplante, esa tarde de martes, supondría un inicio en su vida, quien sabe si mucho mejor que lo que le esperaba mientras compraba lo que a todas luces parecía un anillo.

Hace unos años, una persona muy cercana a mí tuvo que vivir la dureza de una enfermedad en su hijo pequeño. Esa crisis, esa maldita enfermedad, esos meses de quimio e incertidumbre la unieron a su pareja. Mucho. Pocos meses atrás, en Año Nuevo, había quemado el papel en que pedía un deseo, un único deseo: que mejoraran las relaciones con su marido, volver a enamorarse de él. Un cáncer hizo su deseo realidad. Nadie merece una enfermedad, y menos un niño, pero contra eso no se puede luchar, y pensar en qué aprendizaje se obtuvo de aquellos momentos sí es cosa de cada uno. Ella se reenamoró y en esas circunstancias admiró como nunca a su pareja, por su entereza.

No sabemos qué aprendizaje obtendremos de un mal momento, de una discusión, de una pérdida... pero estoy convencida, segura, que a la larga, saldremos beneficiados de un modo u otro, creciendo, madurando, consiguiendo la mejor versión de nosotros mismos.

Os dejo un link a un artículo de El País de este domingo, no tiene desperdicio, sí, caos es oportunidad de cambio, sin duda.

http://www.elpais.com/articulo/portada/Problemas/oportunidades/elpepusoceps/20110508elpepspor_7/Tes

dilluns, 9 de maig del 2011

Estoy Perro Verde

Hoy estoy perro verde. No me hacen falta más excusas que: tengo la regla, o la tendré dentro de poco; es lunes; hace sol; hace frío; me he abrigado demasiado, o demasiado poco; mi compi de desayunos me ha hecho una broma que en cualquier otra circunstancia habría subido a poquer pero hoy ni he contestado; pensar en si me quedo a comer en el trabajo, voy a casa de mis padres o me voy a mi casa es un conflicto del que no puedo salir; los expedientes se me eternizan porque estoy desconcentrada. En estos días de perro verde no entro en mi cueva, me mantengo al margen de todo, en silencio, pero todo todo me molesta.

To-Do.

Si me hablan porque me hablan, si no me hablan porque no lo hacen; si suena el teléfono porque suena -por supuesto no lo cojo-. Me pongo los cascos, como cada día, pero al rato me doy cuenta que no me he puesto música. Me río de mí, pero enseguida me vuelvo a enfadar con el mundo. Qué coño pinto yo aquí? No allí, no, aquí, en el planeta Tierra: acaso no sabéis ya todos, a estas alturas, que soy de Orión? De la Galaxia ésa (información que me dio Manu en su momento y con el que también estoy molesta porque me ha escrito, justamente hoy).

Me apetece discutir, con quien sea y de lo que sea, pero mis compis me conocen ya demasiado y no están por la labor de facilitármelo. Aaaaaaaaaaaaaaaaah. Ni mi ángel, por supuesto, que aunque no está de acuerdo conmigo en mi planteamiento vital del día, no me discute.

Otro café.

Y sigo perro verde. Agilipollada.

Como no tengo hora para hacerme las infiltraciones de la semana (dichosa celulitis que todo lo invade!), llamo y pido hora. Al rato llamo y la anulo.

Tengo el baile de San Vito pero interno.

Gritaría, o lloraría, o yo qué sé.

El niño me cuenta, le escucho, y le apoyo, claro, como siempre.

Pero sigo buclada.

Me voy a buscar yogures.

Acabo la jornada con una complementaria: eso, en días como hoy, me hace sonreír. Qué triste, no?, que la primera sonrisa del día me la arranque el hecho de hacer pagar aún más impuestos.

Mi cabeza empieza, de camino a casa, con las rumiaciones. Me niego. Por ahí no paso, una cosa es estar borde, antipática, estúpida, atontada, y la otra permitir que montones de pensamientos campen en mi cabeza a sus anchas. No.

Como cualquier cosa (proteína), medio viendo Anatomía de Grey.

Empieza la vorágine de la tarde.

Y justo ahora, mientras uso estas palabras como terapia relajante, me viene a la cabeza que esta mañana, de camino hacia el trabajo, mientras oía a De la Morena en un artículo dedicado al saber perder de Nadal de ayer, pensaba en colgarlo en el blog y recordarlo de vez en cuando.

Y de paso, compartirlo con vosotros.

Es una buena reflexión, la de José Ramón de la Morena, no dejéis de oírla.

 
El comentario de José Ramón de la Morena (09-05-2011)

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La canción, maravillosa se la dedico a quien la encontró sin apenas tarareársela, por permitirme ser tan y tan borde, en ocasiones.

diumenge, 8 de maig del 2011

El Puig Drau (1345m)

Visc a Barcelona, una ciutat amb mar; el meu país és petit (que va dir el Pep, que havia sentit dir al Llach) però té vora 500km de costa i, tanmateix, no el necessito per viure, el mar. Ni la platja. Ni la sensació de llunyania que m'endú quan miro la línia que ens separa, que ens separa de, que... és allà.

En canvi tinc mono de muntanya quan fa dies que no hi vaig, quan no suo sota el sol, quan no em moro de fred a l'hivern, o dalt d'un cim sense refugi del vent. Ho necessito, sóc addicta a la natura, als colors verds, taronges, vermellosos, marrons, grocs. I al cant dels ocells, incapaç de reconéixer. Als arbres, on màxim distingeixo un roure, d'una alzina. On gaudeixo de les flors, tan estranyes, diferents, tan meravellosament salvatges.

No entenc les vacances, d'estiu, d'hivern o setmana santa, sense muntanya. No ho relaciono, com la majoria dels meus coneguts o amics, amb la platja (hi deu tenir a veure que no m'agrada banyar-me al mar, ni la piscina, odio les aglomeracions, passar calor i la sorra).


Sí, fa un mes que no hi anem, se'm sent dir per casa, fa més d'un mes que no caminem, que no fem un cim, que no sortim.

I aleshores els astres es posen d'acord i, com avui, col·loquem la Jana (fins ara l'enganyàvem, però ara si fa no fa la conversa és aquesta: és curta, Jana, és curta... i ella recordant el camí dels enginyers a Núria, contestava: curta, jaaaaaaaa, quatre o cinc hores no és curta, no m'enganyes, no m'enganyes, no hi vull anar...), mirem el cel, agafem bocates (si ens quedem a dinar allà el menú semrpe és el mateix: amanida d'arrós, feu la prova, pregunteu a les petardes què dinem a la muntanya!), i marxem!!!

Avui ha tocat el segon, el més alt... de l'altra banda. M'explico: el Montseny, la meva zona per excel·lència, té els parents rics, alts, famosos, estimats, a la banda esquerra, si veniu de Seva (lloc on tard o d'hora anirem a viure!),i arreibeu a Collformic. A la banda dreta tenim dos cims, petits, desconeguts, però que posen la guinda final al recorregut planer més encisador de quants pogueu fer en aquella zona, com el seu nom: el Pla de la Calma.

Així, deixant la família del Peter Strauss enrera (Les Agudes, el Turó de l'Home i el Matagalls) enfilem el camí que des de Collformic passa pel pla de l'ase i recorre tot el Pla, fins arribar al Sui (ja el vam fer un dia, només l'Aina i jo) i la nostra fita d'avui: el Puig Drau (els Nick Nolte de la saga).

És un cim petit, però amb una bona vista del Parc (hem vist un gat).

Un camí molt aconsellable.

Sí, un dels molts camins per fer més agradable el matí d'un diumenge qualsevol!

dissabte, 7 de maig del 2011

Trànsits

Aquest matí he recorregut el centre de Barcelona d’una altra manera, sí, perquè es veu que hi ha altres formes de viure, i de sentir, de patir, i de riure, i per què no, també de caminar per la ciutat on he nascut i crescut.

Fa un temps una companya em va recomanar fer l’itinerari organitzat per la xarxa de biblioteques en què recorrien en l’espai i el temps, la vivència dels escriptors llatinoamericans a Barcelona. I m’hi vaig apuntar.

He fet tard, com tinc per costum m’ho proposi o no. He sortit a l’estació de Paral•lel línia 2 i he decidit arribar a peu fins el 30 de La Rambla, la biblioteca Andreu Nin.

Quin canvi de barri, abans era ple de yonquis, prostitutes i captaires. Ara, els carrers que porten del Paral•lel a La Rambla, semblen l’escenari de la tercera exposició universal a la ciutat comtal, o un nou fórum de les cultures (aquell projecte faraónic i absurd dels alcaldes socialistes d’aquesta ciutat). Botigues, colors, olors, peces de roba... tot ha canviat tant, tant!

Un quart d’onze quan he arribat, l’hora de trobada era a les deu, així que m’he estalviat esperar durant un quart la gent que, como jo, feia tard. D’acord, d’acord, no ho faré més (fins la propera vegada que ho faci, naturalment).

Ha estat un recorregut genial per diferents indrets de Barcelona, amb representacions teatralitzades molt aconseguides: fragments de Diaris, d’articles periodístics, de poemes, de novel•les. Música meravellosament interpretada amb veu i instrument. I un guiatge fantàstic de la mà del Marc.

El Moll de la Fusta (semblava que la pluja no ens permetria gaudir-ne, però hem vençut!!!), el Mirador del Port Vell, els Porxos d’en Xifré (meravellós fragment de Cien años, on es feia referència al Sabio Catalán, Ramon Viñas), Carrer de les Trompetes (un racó que no coneixia, amb Gardel, Samitier i d’altres), l’estàtua d’Antoni López, l’edifici de Correus (on han llegit diferents textos epistolars, alguns d’ells entre Gabo i Mario) i on jo mai no hi havia entrat, el Casal de gent gran del Gòtic (on m'he pres, cómo no, un tallat), el Carrer del Correu Vell, el Pati Llimona i, un indret fantàstic com a punt i final que us recomano encoratjadament: els Jardins de la Casa Puig (de lliure accés tot i que cal entrar-hi per l’hotel).

Són tantes les coses que encara hem d’aprendre, oi????


La Pasión

Salimos del amor
como de una catástrofe aérea.

Habíamos perdido la ropa,
los papeles;
a mí me faltaba un diente
y a ti la noción del tiempo.

¿Era un año largo como un siglo
o un siglo corto como un día?

Por los muebles,
por la casa,
despojos rotos:
vasos, fotos, libros deshojados.

Éramos los sobrevivientes
de un derrumbe,
de un volcán,
de las aguas arrebatadas

y nos despedimos con la vaga sensación
de haber sobrevivido

aunque

no sabíamos

para qué.



"Babel bárbara" 1991


divendres, 6 de maig del 2011

En paz

Muy cerca de mi ocaso, yo te bendigo, vida,
porque nunca me diste ni esperanza fallida,
ni trabajos injustos, ni pena inmerecida;

porque veo al final de mi rudo camino
que yo fui el arquitecto de mi propio destino;

que si extraje la miel o la hiel de las cosas,
fue porque en ellas puse hiel o mieles sabrosas:
cuando planté rosales, coseché siempre rosas.

...Cierto, a mis lozanías va a seguir el invierno:
¡mas tú no me dijiste que mayo fuese eterno!

Hallé sin duda largas noches de mis penas;
mas no me prometiste tú sólo noches buenas;
y en cambio tuve algunas santamente serenas...

Amé, fui amado, el sol acarició mi faz.
¡Vida, nada me debes! ¡Vida, estamos en paz!



Amado Nervo (1915)


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GRACIAS... eternamente, gracias!

dijous, 7 d’abril del 2011

Voldria morir fent l'amor i sentint The Wall

Sí, recordo haver pronunciat en més d'una ocasió aquesta "sentència". Des que el Juan em va fer conéixer The Wall (fixeu-vos-hi bé, no parlo del grup, ni tan sols del Roger Waters...) cap a les darreries dels vuitanta, he desitjat viure així el meu final terrenal: fent l'amor mentres sonava The Wall.

I sí, he gaudit en diferents moments del plaer de fer l'amor sentint El Muro (res del mur) i sense cap necessitat de morir-me, excepte d'alló que els francesos anomemen La petite mort.

Naturalment, i com no podia ser d'una altra manera, quan a l'octubre, gràcies al meu etern, vaig saber que en Roger Waters venia a Barcelona (concert al Palau Sant Jordi, dimarts 29 de març) no vaig dubtar ni un segon a comprar dues entrades. Dues, sí.

De seguida li vaig enviar un correu, adjuntant-li les entrades, el meu regal: Fas res d'aquí cinc mesos, dimarts 29 d'octubre? Em va contestar (sí, sempre, ell en castellà, jo en català): Vas al concierto? Què vol dir vas, hi anem, Juan, hi anem!!!

No podia ser d'una altra manera, 24 anys, 2 mesos i 6 dies després que em demanés per sortir i jo li digués que sí (fins que es va acabar tres anys després) anàvem junts al concert de The Wall, i sí, més que amb el "permís" de la seva dona i el meu home, amb tota la complicitat i la tranquil·litat de qui sap que, a dia d'avui, som com germans, ni més ni menys, sinó absolutament tot això.

Vaig estar nerviossíssima tot el dia, buf. I ell, el Juan, el compi, d'urgències per febre. Buf, i buf. Jo, com un flam; ell, com una sopa. Però hi vam anar, plegats, xerrant, xerrant, emocinats, contents, flipant, rient com dos tontos per qualsevol cosa, fent una cua llarga, llarga, però feliços, sobretot feliços.

Puntualíssim en Roger Waters va sortir a l'escenari, macro escenari, muntatge genial, un espectacle digne i més qeu digne, pel qual els diners pagats per l'entrada es donàven per ben invertits.

NO m'importa que la seva veu, peculiar de sempre, hagués perdut; ni que la guitarra, les dues guitarres no poguessin substituir, ni del lluny, si més no per mi, els solos del Gilmor; ni que en ocasions la visió no fos la desitjada... no era per això que era allà, era allà per recordar el passat des del present. Per dir-me una vegada més que voler és aconseguir-ho, que pots mantenir alló que estimes, i fer-ho créixer. I pots retornar al passat amb plors, però només d'alegria. Com pots reconéixer-te en tu mateixa (jomateixa) tants anys després.

Bob Geldof, la seva genial interpretació, la mare, el mestre, la dona, els morts, el sexe, l'amistat, tot, tot va anar passant mica en mica pels meus ulls, i una núria vint anys més jove, més inexperta, més innocent, més desconfiada també, però no més feliç, no, no més feliç que a dia d'avui, em va saludar.

Sóc i estic en un bon moment. I els meus, també. Malgrat la quantitat d'anys que van passant.

Gràcies!!!

dimecres, 23 de març del 2011

La vida te da sorpresas, sorpresas te da la vida...

Una equivocació va fer que conegués el seu alter ego, i aquesta cançó (ja veus!). Només ens separen milers de situacions; molts anys i un dia.

diumenge, 20 de març del 2011

Yo de pequeña quería seguir siéndolo!

Nunca me planteé qué quería ser de mayor. Ni qué deseaba estudiar, ni dónde iba a vivir, ni con quién. Si tendría familia, marido, mujer, hijos, hijas, perro o gato. La gente a veces, cuando charlamos de la infancia, lo dice tal cual: Pues yo siempre he deseado ser veterinaria, casarme, y tener dos hijos. La parejita.

Me da igual, a estas alturas, porque curiosamente, en tardes como hoy, sé que lo que soy, lo que tengo, independientemente de que sea o no lo que nunca deseé, es lo que deseo, y lo que me da vida, energía, felicidad.

Ha sido un día resacoso, ayer me salté la dieta del todo, absolutamente. Pero valió la pena, mis compañeros de mesa valen ese salto al vacío. Ese y cuántos me decida a dar.

He dormido mucho, mucho, y mi familia, a quienes a estas alturas de la película ya ninguna nuriada les sorprendre, me han dejado dormir. No he comido apenas, proteína, proteína, proteína (en forma de yogur desnatado), y mucha agua para hacer bajar o desaparecer...

La ropa me esperaba, tranquilamente, sin gritos ni arrogancia ninguna, en su sitio, casi dos horas doblando ropa, mientras Aina hacía deberes entre patada y patada con Jana. Miguel y sus motos, yendo y viniendo a llevarse la ropa ya doblada para colocarla en los armarios. Ahora, la preadolescente se ducha mientras suena M80 (a Aina le gusta nuestra música, ésa, y la de Rac 105), y Jana y Miguel Legololeand en la alfombra.

Yo les miro y sonrío: un domingo más, pienso, y sigo siendo feliz.

No me quejo de haber descubierto tan tarde que poco es mucho, que mi agenda llena no me llenaba, que evitarme me alejaba de mí, de ellos, que la suma de momentos, como éste, es lo que dan vida a mi existencia, a mis cuarentaytantos, pero sí, ojalá lo hubiera sabido, sentido, vivivido, mucho antes. Mucho, mucho antes.

(Por supuesto, hablo de una tarde apacible de domingo: mis lunes, martes, miércoles, siguen estando, y así deseo que sigan... como aquellos que dáis sentido al resto de horas de mis semanas. Eternamente.)

dimarts, 15 de març del 2011

La Núria i els canvis

En general, i en particular, em costen els canvis, molt.

Sóc dona del mateix home des de fa gairebé vint-i-un anys, amiga dels meus amics des de la infància o la joventut primerenca, treballo a fontanella des de fa gairebé dinou anys, i camino sempre a l'esquerra del company de passeig. Segur que si tingués un amant seria el mateix any rera any. No en tinc cap dubte. Escolto la mateixa música, o gairebé, des de fa més de vint anys, i sóc fidel a Fito i Estopa ja per sempre.

Llegeixo des que recordo. De sempre em veig amb un llibre a la mà, tot i que sóc poc comentarista de mena (tampoc de cinema, tot i que és una altra de les meves passions, darrerament una mica oblidada).

No, no cuido els llibres com crec que fan els qui llegeixen de manera habitual. Mai no ho he fet, ni tampoc sóc fetixista, ni els adoro o mimo. Els uso, toco, retoco, subratllo, marco, plego de les cantonades, oloro, duc a la mà, oblido, deixo, perdo. Els faig meus, com si fossin una extensió de mi. Mai no he entés que em diguin: Cuida'l com si fos teu. Sé que acabaran penedint-se.

Trio la novel·la que llegiré després per recomanació directa, o pel que el títol em diu, o pel que la sinopsi m'explica, per l'editorial, pel dibuix de la coberta, per l'autor, d'acord, sí, també.

Poso qualsevol paper com a punt de llibre i, quan tanco per descansar de lectura, o perquè arribo a la meva parada de metro, sempre miro quàntes pàgines em queden per acabar: amb pena si m'agrada, amb ànsia si no em diu res.

Tinc el vici de mirar què llegeixen els companys del bus, del tren.

I ara? Em pregunto. Què faré ara?

On guardaré els papers que no sé on ficar però que he de tenir a l'abast? I la targa de metro? I com miraré, amb el llibre tancat, si em queda tant o tan poc, tenint com a referència el punt de lectura? Com fullejaré el llibre ràpidament? I com marcaré la cantonada de la pàgina on hi ha el paràgraf que vull conservar? Com... com?

Sí, ahir vaig començar el primer llibre electrónic, La vida ante sí. (Suposo que, com no penso comprar llibres, em costarà baixar-los en català. Efectes colaterals, però aprendré a trobar-los.)

Em costarà, naturalment, com tots els canvis que -volent o sense voler- he anat patint a la vida, però acabaré fent-me a ell, i ell a mi. Espero. Si no el perdo abans...

dijous, 10 de març del 2011

Caótica Eternidad

Vida tras vida han conseguido ser uno. No, ser dos, pero sentir al unísono como si fueran uno.

Conocerse y reconocerse en cada etapa de la eternidad.

Y una vez más, esta vez al final del abecedario como punto medio, dar rienda suelta a su pasión. Su amor. Su necesidad y locura reconducida.

Con cada presente aprendiendo del pasado, en esa regresión sin fin que les ayuda a mejorar, a aprenderse: sabiendo, por primera vez, que estar de rodillas puede llegar a ser útil; o que se puede conseguir llegar al dos tras el uno; incluso que cuatro serían restados de haberse reconocido años atrás…

(¡Tanto conocen y reconocen en cada nuevo encuentro!)

Así que ante el nuevo adiós, necesario adiós, se sonríen, como en la foto irreconocible (a veces en linea recta, a veces como una gran curva).

Y agradecen todo aquello que poseen: ella a él, y él a ella. Todo.

(Te amo, le dijo antes de despedirse)

dimecres, 2 de març del 2011

Lo hemos hecho...

Sí. Sí. Hecho. Y lo hecho, hecho está.

Buf, sigo nerviosa, nerviosa.

El lío ha empezado esta mañana a primera hora una compañera me lo ha recordado: Núria, no decías que quizás que algún día, que ya era hora...

Sí, sí, Montse, gracias, lo sé. Pero no sé si soy capaz, si sabré manejarme, si cambiar después de tantos y tantos años. Tengo un poco de miedo, como de precipitarme al vacío sin red.

Anda ya, me decía ella, seguro que luego no podrás vivir sin él!

Ambas mirábamos su foto en mi pantalla. Yo, babeando, por supuesto.

Claro, me conoce, al principio los cambios me asustan, luego me convierto en adicta absoluta, en fan, en inseparable, en jomateixa, vamos.

Vale, sí, he pedido un par de consejos (a mi queridísima amiga virtual en quien confío como en mí misma, y a la eternidad... pero la eternidad no está mucho por la labor).

Sí, sí, lánzate, mujer, me decía ella, ni te lo pienses.

Entonces, lo he hecho:

Sergio, te llamo esta tarde a las cuatro, te va bien?

Claro. Te espero desnudo o vestido?

Tú verás, como te sientas más cómodo.

Qué nervios, qué nervios!!!

He ido a comer con una amiga y al café ha venido mi ángel. Casi había olvidado mi cita... buf, entonces he visto un sms suyo: estás?

Estoy estoy, me decía a mi misma, nerviosa, como un flan pero estoy. Voy, voy.

Y he ido. Juntos.

Ha sido increíble: 45 minutos de nervios, de así no, mejor así, estaremos haciendo bien?, nos estaremos equivocando?, tú crees que sabremos?

Y por fin la explosión, ya, ya, ya síiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiii.

Bua, me ha enviado un último beso antes de colgar: gracias tía.

Aún no me lo creo, joé, no me lo creo, pero sí: mi niño y yo nos hemos comprado un e-reader, el mismo, con dos narices, sin recomendación, ni encomendación, por internet. Bien. Hecho, y sí, lo hecho hecho está. Y yo estoy feliz, y él, también.

Besos!!!

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dissabte, 26 de febrer del 2011

El meu bloc

És curiós això d'escriure en un bloc. A mi que, per defecte de fàbrica, o per virtut de tants anys de teràpia en "carne propia", m'agrada esbrinar com i per què actuem els humans, el meu bloc, i el que gira al seu voltant, m'ofereix bon material per un meravellós treball de camp.

Com escric? Doncs escric directament sobre la pantalla d'edició (nova entrada). Tinc una idea i m'hi llanço, o no obro. Sí, sí, ja ho deia el poeta, si ha de venir la inspiració que et trobi treballant... però com ni sóc poeta, ni escriptora, ni és aquest l'objectiu dels meus escrits, doncs la inspiració em troba on sigui i jo vaig directa al bloc. Un gran equip, som. El cas és que, obro la pàgina, i començo posant el títol... abans de res. Després ja m'enrotllo amb el text. Però el títol que no falti. Quan a l'escola féiem treballs, a l'escola, a primària, sí, recordo que la Cristina i jo ens estàvem hore per retolar el títol, la resta era pim-pam, pim-pam, quatre fotos enganxades, un text mal copiat, i au! Quin mural més bonic que ens havia quedat, bàsicament el títol. Pues eso, tot té un origen ancestral a la vida. O li trobem, i a córrer. Normalment m'hi poso al menjador de casa, o bé al sofà, o bé a terra, damunt l'alfombra (meravellós regal de ma mare, la neteja de la qual costa la gens menyspreable quantitat de taxin-taxin... cent euuuuuuuuuuros!).

Sobre quins temes escric? Doncs és evident, no?, escric sobre alló que em neguiteja, m'encurioseix, o necessito transmetre. Ho faig servir com a teràpia, sovint, com a descàrrega emocional, com aclaridor i classificador d'idees, com a... com a tot. Impossible concebre el meu món mental sense un bolígraf o una tecla a la mà. Impossible. Però si fins i tot, abans de fer-me el primer petó a la boca, amb llavis, llengua, queixals i saliva, vaig prendre notes durant tres anys!!!! Ho juro.

I la cançó què hi penjo, hi té a veure? Doncs sí, o no , o de vegades, o depén. Sovint és una clucada d'ull cap algú, que puc ser jomateixa; o és la cançó que m'ha inspirat el text; o és un tema que no em puc treure del cap de fa uns dies, o bé, és la música que sona mentres escric, i pot no tenir-hi res a veure, només ser la BSO del missatge. Quina posaré avui? no ho sé encara.

Com sabeu que he actualitzat el bloc amb un missatge nou? Doncs ni idea, el JuanMa em va dir que hi havia un sistema megasourrundpassatperaiguasotalaixeta, crec, que l'avisava que la jomateixa-buf havia fet una nova entrada, però desconec el nom i cognoms reals de tan fantàstic servei. Queda l'opció d'anar mirant si la mandra m'ha vençut o l'he vençuda jo, entrant-hi un cop per setmana, posem. Hi ha qui quan em veu trista (la Isabel i la Inés de la feina) o efusivament feliç, enlloc de preguntar al meu cada cop món hermétic, es decideix a llegir el bloc per esbrinar-ho, dono fe que és així. També hi ha una altra opció: llegir algun dels blocs on estic "penjada" i saber que hi ha un nou escrit, de passada, com qui no vol la cosa (gràcies al nathan, la ilona, el quim, el manu, l'eli, buf, sí, i l'oliver... ostres en fa la tira que no et visito, no al bloc, que no actualitzes, sinó al Falstaff, encara hi ets?). I bé, deu haver-hi més maneres, suposo, òstia vaig a veure què fa la Punte! n'és una més...

Qui em llegeix i des d'on? Fa un temps tenia un comptador, però el vaig treure. No duc rellotge, no controlo gaire com arribo a final de mes (darrerament en vermell), i passo de saber quànta gent visita aquest espai. El que sí em ve de gust saber és: de quina part del món o a quina hora, des de quin enllaç o buscant quina paraula has arribat aquí. I això, blogger, ho té magníficament controlat, i jo, que me n'aprofito, naturalment.

Lectors habituals, ocasionals o maians (mai de la vida)? Sé que el fet de llegir un bloc no té res a veure amb l'afinitat amb la persona. Gent gens afí a mi em llegeix, i sovint. En canvi les meves millors amigues, el nom de les quals estalviaré per no deixar-les en evidència tot i la evidència de saber de qui parlo, no em llegeixen mai, de los mais. Bé, una vegada, potser, un dia, vaig entrar, però núria, això del món virtual, no sé què... quines petardes (més precioses) les tres! Hi ha les amistats virtuals a qui estimo i amb qui em relaciono sovint: sí, llegeixen i compartim, comenten, al bloc o en un correu, i sabem i sé. Si ens hem conegut gràcies a la xarxa, la xarxa és alló que també ens permet continuar l'amistat. Els autors dels blocs linkats també suposo que em llegeixen, sí, sí, ho sé, ho feu, ho feu. Alguns familiars: Ma germana, qui sovint m'envia els comentaris/reaccions al correu; ma mare, que no tinc massa clar que sempre entengui què vull dir quan escric; la leire, una reneboda im-presionant; la saioa...(te echo de menos). I pensareu, i els de casa: Doncs no. La Jana passa però mogollon, i fa bé. L'aina ha permés alguna vegada que li llegís algun, i bé, el Miguel diu que ja quan en facin una pel·lícula, del bloc, la veurà al cinema. Ai, no, no, diu, me la baixaré i ja la veuré aquí a casa. No, naturalment que no em disgusta, gens, són més de 20 anys compartint.

I sí, éssers anónims de qui mai sabré res. De nada. Nothing. Però que han estat lectors en alguna ocasió i pel motiu més inversemblant.

...

Tot alló que fem, tindrà, d'alguna manera o una altra, un efecte. I jo, que sóc una fan absoluta d'aquell concepte tècnic que ve a dir que existix una dependència exponencial de les condicions inicials, la teoria del caos (altrament dit: Efecto mariposa, puro y duro)... estic molt agraïda a interent, a la possibilitat de tenir un bloc i a l'ibuprofé que ara farà que em marxi el mal de cap.

Gràcies a tots els qui feu possible aquest bloc, tot i que sense vosaltres, deixeu-me que surti novament la borde que hi ha dins meu, també existiria (el bloc, dic...jejeje).

dijous, 24 de febrer del 2011

120 minutos para Nathan

No siempre dejo que suene el despertador. O no siempre mi cerebro atento permite que duerma hasta las 6.30 de la mañana (días laborables). A veces a las 6 ya me despierto y levanto.

Hoy sí, hoy he dormido profunda y felizmente. Como duermen dicen los limpios de conciencia. O de conciencia amplia, como es mi caso...

Las seis y media, suena la sintonía yoigodespertadora, la silencio y me incorporo. Directa al baño. Siempre el mismo orden: meo -mucho, porque mucho bebo por la dieta, me desnudo y subo a la a veces amiga, a veces enemiga, báscula. Sonrío y memorizo, cada mañana paso el parte a Carolina, Imma y Montse, las compis de la secta dukan. Entro en la ducha, Miguel me puso, ex profeso, un termostato en el grifo para que no me quemara, como acostumbraba. Yo soy yo y mis problemas de lateralidad, bueno, y de memoria: Cariñoooooooo, el agua fría es la roja o la caliente!? (!Demasiado tarde, ya me he vuelto a quemar!). Ahora ya no, este fantástico marcador numérico me permite relajarme y retener y repetirme mi peso de esta mañana, al menos durante un par de minutos. Bajo el chorro de agua templada, caliente, fría, me enjabono el pelo, y lo aclaro, mecánicamente. Ahora es el turno del suavizante (acondicionador?). Me lo pongo y permito que actúe mientras, surtidadegel en mano, froto mi cuerpo. Todo él. Sin olvidarme de los pies, esos desconocidos tan a menudo en la ducha. La piedra pómez suele estar cerca y, bueno, tengo el certero presentimimento que los talones me lo agradecen. O a ella. Un poco de agua templada, y fría finalmente para aclarar el suavizante y los restos de gel en la piel. Toalla para la cabeza en plan turbante, y aceite para el cuerpo antes de secarme con la toalla.

Me visto, seco un poco más el cabello, y me voy a por el pan. Tres calles apenas, 70 céntimos para la de cuarto larga. Subo a pie los siete pisos (seis y el entresuelo). En casa de nuevo entrego el testigo al jefe que preparará los tres bocatas (para ellos). Me da tiempo de poner el lavavajillas en marcha, despertar por cuarta vez a Aina y vestir (mientras sigue durmiendo y se queja a partes iguales) a Jana en su propia cama. Empiezo a recoger nuestra habitación, hago la cama, voy a la de Aina y más de lo mismo. Entonces aviso a Miguel para que lleve a la peque al baño, a gritos, claro, como cada mañana. Tiene un humor insoportable esta hija, casi habitualmente, pero de buena mañana, más.

Les dents, Jana! La llet, Aina! Va, vinga, vinga, que ja són dos de vuit.

Miguel se ha bajado a tomar el café al bar unos minutos antes. Sí, como cada mañana.

Hasta aquí cada día igual, o practicamente igual. A veces más gritos, a veces menos.

Bajamos las tres, normalmente en el ascensor ya han discutido un par de veces (Aina se queja de lo mal vestida que va Jana, para ella; Jana se queja de... casi todo!). Dejo a la peque en el bar, él se encarga de llevarla al cole, besos a uno y a otra, y me voy con Aina al metro. Charlamos y reímos o la riño porque no vocaliza al hablar y ella porque no la entiendo a la primera, aunque sí siempre andamos fijándonos sin querer, o queriendo, en el resto de madrugadores metropolitanos (Has visto, me decía hoy riendo extrañada, somos las únicas que estamos en el andén sentadas, esperando el metro, todos están de pie...! Y sí, así era. Ambas hemos sonreído al comprobarlo).

Una parada y bajamos. Hoy salgo con ella a la calle. A veces no, a veces la acompaño hasta la puerta de salida (subiendo por las escaleras mientras ella lo hace por las mecánicas) y vuelvo al metro de nuevo. Ya en la calle, subimos Sibelius y giramos en Mallorca. Unos metros después nos despedimos con un beso (Tingues un bon dia, bonica. T'estimo). Ella sigue hasta el instituto y yo entro en una cafetería a tomar el primer café con leche del día.

- Un café amb llet desnatada en got, si us plau. I sacarina.

Con él me ponen en croissancito. Lo envuelvo en una servilleta y lo guardo con mimo para mi ángel, Marc.

A penas tres páginas de La Vanguardia después, pago, me ponen el sello en la targeta (diez sellos dan derecho a un café de regalo) y salgo. Voy caminando al trabajo. Ya que el tiempo no es algo que me sobre y los quilos sí hace tiempo que lo hago. O voy o vengo. Bueno, o voy o vuelvo. Algo así era!

No me pongo música, me encanta saborear esos 35/40 minutos absolutamente míos. Camino a buen paso. Conozco el camino, aunque no suelo repetir el recorrido. No me paro en los semáforos, hasta casi los controlo. O sin el casi. Bado. No sé la traducción, ni sé si la tiene, pero es algo así como: contemplo, miro y admiro, observo, retengo información, disfruto, pienso, medito, o nadeo mientras camino. Miro el móvil controlando el tiempo del que aún dispongo. Sí, he descubierto un Caracas apenas diez minutos antes de llegar al trabajo. Segundo café del dia.

- Bon dia, un tallat amb llet desnatada i sacarina, si us plau.

Es curiosa esta cafetería, estoy convencida que los empleados son amables por contrato: Bon dia, gràcies, adéu tingues un bon dia, bon dia, gràcies, adéu, bon dia. Así con todos y cada uno de los clientes que, en esos tres minutos o cuatro que permanezco allí, entran o salen.

Pago y salgo. No, no dejo propina. En ninguna de las dos cafeterías he dejado nada. A veces lo hago, pero raramente.

De nuevo en la calle llego a passeig Sant Joan, me encanta mirar el paisaje que se abre, cielo amanecido incluído, por entre l'Arc de Triomf. No, no me gusta mi ciudad, pero le tengo cariño, que no es poco.

La Ronda de Sant Pere, plaça Urquinaona, Via Laietana, Fontanella 6. Prueba nuevamente superada: las 8.30, ficho. Subo al tercer piso a pie. Mi día laboral empieza, pero no por ello mi vida personal acaba. Claro que eso ya daría, si fuera el caso, para otra entrada.

Un besazo, Nathan!

dimarts, 22 de febrer del 2011

dimarts, 8 de febrer del 2011

dilluns, 31 de gener del 2011

Crònica dels sentiments

Ningú no s'hi acostuma a la mort, suposo. Jo, tot i que treballo per ella, que convisc a diari amb expedients que parlen de morts, d'hereus, de números, de noms i d'adreces... la tracto de lluny. A distància. Sense cap emoció que em destorbi.

Però ahir la mort sobtada em va arribar com un malson, com una notícia que no podia entendre. Vaig penjar el telèfon al missatger. Impossible posar ordre al que m'estava dient. Ni ordre, ni plors, ni sentit. Només sentia plors, i paraules.

De seguida la culpa es va fer amb mi, diuen que és una reacció habitual dels qui vivim un suÏcidi de prop, però en el meu cas em va omplir de manera extraordinària. Per què no vaig saber veure-ho? Per què vaig permetre que s'allunyés darrerament? Per què no vaig ser més a prop? Per què no vaig insistir-hi més?

Orfa d'infància. Un trocet de cor esquinçat. Sense l'amiga que m'ha acompanyat els darrers 30 anys. Sense tornar a sentir la seva veu. Mirar els seus gestos. Sense fer-li cas quan li dolia alguna cosa de la meva manera de funcionar a la vida. Una vida, la meva, ho sé, que ella sempre havia desitjat i mai va ser capaç d'aconseguir.

Des de la distància que mai ens va separar. Ara no ho farà tampoc la mort. La mort planejada punt per punt, dia a dia; la mort no trobada, la mort buscada, desitjada.

Em deia ahir vespre l'Aina: Mama, no estiguis trista, ara ella és feliç. Ja no viu.

Sí, ara ja està tranquil·la, ja no cal que lluiti, que busqui el que no existeix, que corri, que pugi i baixi. Ja no caldrà que s'enamori per necessitat d'amor. Ni que fugi d'ella. Ja no caldrà que mai s'amagui dels qui l'estimàvem. D'ella.

"Tanto dolor se agolpa en mi costado, que por doler me duele hasta el aliento"

diumenge, 30 de gener del 2011

Cómo titularlo?

Nos conocimos en el colegio. Nada que ver yo con ella ni ella conmigo, por supuesto, como con la mayoría de mis amigos y parejas. Ella, siempre ha sido muy femenina, se ha pintado al poco de levantarse, se vestía incluso para estar por casa. Solía reírme de ella, a veces: Natalia,creo que en tantos años solo una vez te he visto sin pintar!! Chica, déjate ir!

Compartimos los últimos años de EGB. Un trío absoluto: Cristina, Natalia y Núria. Escribíamos relatos a medias, dibujos, gustos por los chicos, cotilleos y tardes de sábado en el Corte Inglés. Sí, montones de tardes paseando por el Corte de Plaça Catalunya. Ella con su minifalda de pana, medias, zapatos de tacón rosa, con un lacito. Yo, por supuesto, con tejanos y bambas. Y qué?

Al acabar octavo volvió a Francia, de nuevo. Sí, sí era francesa, y a Marsella se volvieron. Bah, pero ni eso podía con nuestra amistad. Un año venía ella, un año iba yo. Y cuando no, o aún así, montones de cartas. Cartas de las de verdad, con letras y sobre con sello. Aún las guardo.

Me casé y se vino. Una niña, y vino. Se fue a los Alpes a vivir, y nosotros para allí. Otra niña, y aquí de nuevo. Ahora ya la comunicación era vía email. Claro, la amistad se adaptaba a los tiempos. Se fue a vivir a Lyon y allí nos plantamos. Y, de nuevo, otra vez en Barna. Se casó y rumbo para Marsella. No hizo el viaje a la ciudad condal con su marido, ya que en pocos meses se divorció así que y, con Cristina esta vez, nos fuimos para allí, hombre si en la boda sí, pues en el divorcio también, no? La última vez vino ella, claro ahora me tocaba a mí.

Esta última vez la vi mal. NO es que fuera la alegría de la huerta, no, pero sabía mantener el tipo cuando le convenía, para que no le preguntaras mucho. Pero claro, yo también sabía preguntar sin hacerlo, no te digo, hablamos de una amistad de 30 años, pues si qué... Me contó montones de cosas, cosas que yo ya conocía y cosas que no sospechaba. O sí.

Hablamos, hablamos, y a su marcha, la acompañé al aeropuerto. No he vuelto a verla. Hoy he sabido que jamás habrá otro encuentro. Entre lloros, su madre, buscando quizás un porqué, me ha contado sus últimos días. Sus putos últimos días. Espero que ahora sea feliz: Ella ha decidido no seguir luchando contra su mente, tirando la toalla, borrando el pasado, el presente, y negando el futuro.

Un beso, Natalia.

(no es frialdad, es sencillamente que aún no me lo creo)

Cómo le gustaba esta canción en aquellos primeros años...

divendres, 14 de gener del 2011

Pinzellades

Dimarts vaig començar un curs nou, un taller de relats. Hi anava recomenada per una companya de feina i, per tant, sí, predisposada a gaudir-ne al màxim; i no, no vaig sortir decebuda. Gens decebuda. M’agrada escriure, llegir, parlar, escoltar, aprendre. Estic en l’etapa que, malgrat tot, la vida és bella. O no, més aviat, he retornat a l’etapa en què la vida és bella. I no ho dic per dir, no, ho dic com ho sento, com em sento: radiant, plena, en pau amb mi mateixa. Com quan era petita, molt petita, abans que la tempesta arribés a casa.



Vam fem tard, dic vam perquè hi anava amb l’Elisenda, l’Eli. Gent de totes les formes, colors i sabors ja omplien la sala. És curiós, abans, temps enrera, jo mai feia tard enlloc però des que vaig fer la primera teràpia fa uns quants anys, la mateixa teràpia amb què vaig aconseguir tallar el cordó umbilical amb ma mare, fer tard és un tret que em caracteritza.



Em vaig sentir a gust des del primer moment. No, ja no em fa patir què poden pensar de mi la resta de companys de curs quan parlo, explico, exposo o m'emociono. Ni del curs, ni de la feina; ni tampoc els pares i mares de l’escola de les meves filles. No vull tornar a canviar de Núria per adaptar-me a cada un dels cercles socials on em moc. Vull ser jo mateixa en tot moment. Com el nick que uso al meu món virtual particular: jomateixa.



El primer relat que ens va proposar la Victòria, la conductora del taller, de qui en aquells moments ja m’havia enamorat, tenia un tema concret i alhora general: autobiografia.



Cap problema. No em costa gens parlar de mi. Sóc la persona amb qui comparteixo cada minut de la meva vida, i amb qui més a gust m’hi trobo, així que el tema no em fa por. Sovint, escriure sobre el que penso o sento, ho faig per necessitat, com a teràpia, per aclarir nusos mentals o emocionals, però no tinc per costum explicar coses meves a desconeguts absoluts… o potser sí? Recordo un dia que, en un hospital, una noia, mentres ens féiem les proves d’al·lèrgia, em va dir que ella era el meu àngel de la gurda, que era allà, al meu costat, per ajudar-me en el meu camí. No em vaig espantar, poques coses em sorprenen negativament, i sí, li vaig explicar quin era el meu conflicte. Les seves paraules em van ajudar a prendre la decisió, constantement ajornada, uns dies després.



Sortint de classe, amb l'Eli, vam dir d'anar a casa a peu. No feia ni tres carrers que caminàvem quan vaig mirar una finestra amb llum: de seguida la vaig reconéixer.



- Saps -li vaig dir- fa més de vint anys, on hi ha aquella habitació il·luminada, al cinquè pis, la veus, vaig fer l'amor per primera vegada. Ell ja no hi viu, allà. Només hi viu sa mare, malalta d'alzehimer.



- Núria, ja està, ja tens la història pel teu relat del taller.



Ja veieu, més o menys, li vaig fer cas.



(evidentment tot alló que va passar aquella nit de l'11 d'octubre del 86 és cosa meva... i d'ell)



:)

...

Gràcies, Jordi, per aquest regal. Mil petons!


divendres, 31 de desembre del 2010

I un altre any mes...

No m'agrada, ni mai m'ha agradat celebrar quan toca perquè toca, ni fer regals quan és el dia qui mana, ni sortir a passar-ho bé perquè és Sant Joan, Cap d'Any, o el vermut de Nadal de la feina.

Una mica d'esnobisme hi deu haver, però un molt de: només hi mano jo, i jo -i no el calendari- decideixo si és el dia, el moment, l'hora.

Tot això per dir-vos que m'agrada molt sortir, encara ara, que necessito fer migdiada per aguantar, o malaguantar, una nit de ball i alcohol, però continuo fent-ho; disfruto amb xerrades amb amigues, com ahir nit, davant un mojito; i la festa no té horari si estic bé. Però... casualitats o no hi ha una sèrie de celebracions que no van amb mi. I pel que sembla tampoc amb els meus, fa no res l'Aina em deia: Quina mania té tothom en enviar correus de feliç any nou!!

No, no som de celebrar el cap d'any. Ens agrada ser els quatre junts, sols, i entretinguts, però sense estridències, com ara mateix, mentres escric, esperant les dotze o, com la jana, desitjant que ja siguin las dotze per anar a dormir! Demà matinem (anem a esquiar, bé, ells, jo a caure i caure) i no és qüestió de pujar-hi cansats.

Com cada any, com tothom, suposo, rebo missatges de correu felicintant i desitjant i alegrant-se pel nou any, i aquest que ja acaba; també sms... només que aquest any he decidit (jomimeconmigo) no contestar-ne cap. Una altra mostra més de voler anar contracorrent o de recordar-me, de tant en tant, que encara puc decidir segons què, sí, d'acord.

Cosa que no vull que es tradueixi en què no us desitgi... una bona sortida i entrada d'any. Si us plau, no deixeu de ser-hi. I ben aprop, si cal.

dimecres, 22 de desembre del 2010

No, jo dic no, diguem No...

El Tribunal Suprem destrueix la immersió lingüística
Invoca la sentència del Tribunal Constitucional sobre l'estatut, que anul·lava la prevalença del català a l'escola

El Tribunal Suprem espanyol ha emès tres sentències en què obliga la Generalitat de Catalunya a fer servir l'espanyol com a llengua vehicular a les escoles. Les sentències resolen diversos recursos de pares que denunciaven que els seus fills no podien fer les classes en espanyol. El Suprem ordena a la Generalitat que adapti el sistema d'ensenyament a la sentència (pdf) del Tribunal Constitucional sobre l'estatut i que l'espanyol sigui introduït com a llengua vehicular 'de manera proporcional i equitativa al català en tots els cursos'.

El Suprem, doncs, invoca la sentència del TC per destruir la immersió lingüística a Catalunya, i diu que l'escola ha de demanar als pares quina és la llengua habitual que volen per als seus fills.

També obliga que les comunicacions, orals i escrites, que reben els pares siguin en les dues llengües.

Font: Vilaweb.cat
...

I els anys passen i tot continua igual!

dilluns, 20 de desembre del 2010

Lo que me queda por vivir - Elvira Lindo

Para Miguel,
por supuesto.

Para su hijo Miguel Sánchez Lindo,
autor de la portada,
por ejemplo,
por supuesto.

Sí, me ha gustado. Pero claro, tiene truco. Yo también necesito escribir como terapia.

A mí me ha ayudado, escrito tras escrito, hablar de mí para superar mis miedos, la niñez obligatoriamente madura y ausente de juegos, mis carencias actuales producto de un pasado lejano y reciente.

Elvira Lindo se ha atrevido con su historia, lo hace a menudo cuando escribe artículos, y cuando se sumerge en Manolito, pero esta vez ha llegado, estoy convencida, a hacer las paces con ella en su pasado. Con aquellos que formaron parte de él y siguen, o se quedaron por el camino. Desde la madurez estable, sin resentimientos, odios, ni rabias que enturbien el pasado. Desde el haber aprendido, con todo ello, con ese caos, su caos, las herramientas que le permiten ser quien es. Que no es poco.

Rompiendo los tópicos de juventud, embarazo precoz, carrera inacabada y fracaso en la misma frase. Porque como dijo Chaplin Podemos ser quien deseemos, salvando un único obstáculo: nosotros mismos.


Y claro, Elvira habla por boca mía en más de una ocasión ("Siempre he padecido, más aún entoces, la tentación insana de acercarme a quien no me muestra afecto abiertamente, tratando de descubrir, imagino, las razones de ese desprecio"), de mis autojuicios destructivos de los que he conseguido casi librarme ("Tengo la poco aconsejable costumbre de juzgarme muy duramente, de hurgar en lo que me produce desconsuelo"), de la rabia que siento en ocasiones por no ser capaz de poner palabras a lo que siento ("Hay sensaciones que pierden su valor en cuanto las convertimos en palabras"), de la extraña adolescencia y juventud que marcó mi presente (" Como si fuera un escenario barato y limitado de una comedia de situación para representar la adolescencia y la juventud, escenario del que luego, irónicamente, como una mala broma de la vida, me resultí tan dificil escapar"), así como de mi necesidad constante de ser jomateixa, siempre, desde que aprendí a quererme, escapando de la deslealtad, a mí, y a los que me rodean ("La deslealtad a uno mismo no se suele advertir en el presente, se camufla de malestar, de ansiedad difusa, porque éstas son dos sensaciones mucho más fáciles de sobrellevar").

Habla de mí, de ella. De mí cuando me acomodé a lo que tenía, a pensar que no merecía nada mejor, nada más; me acomodé a mi vida, a mi presente en cada momento, sin pensar en que el cambio -siempre interior- era posible ("Qué pocas veces supe perseguir lo que quería. Hay un mecanismo por el cual uno consigue convencerse de que lo que se tiene es lo que se desea y a él me acomodé yo algunos años") y sí, como ella, soy capaz de ver heridas de infancia, cual heridas más profundas que las físicas, porque ésas sanan, dejan de doler y se olvidan; las de la infancia, sencillamente, no ("Perspicaz a la hora de detectar a otros que, como ella, esconden una herida de la infancia"), y como ella, Elvira, viví la separación y posterior reencuentro con mi hermana, y la consciencia de que nunca, nunca, cuando el amor duele, debería hacerse acto ("Consciente de que jamás se debería hacer el amor cuando el amor hace daño").

Me veo en ella con la pose distante que a veces necesitaba mantener ("La rabia de quien no logra encajar en situaciones convencionales, de quién desearía ser abrazado pero no sabe ya abandonarse a los cuidados de nadie, incluso parece rehuirlos"), y me veo en la búsqueda de mi yo inencontrable durante años ("No es sólo que ande perdida, lo que me ocurre tiene más dificil solución: me he perdido a mí misma, no sé quién soy"); en la necesidad de ser absolutamente sincera -sobretodo con mis defectos- a mis seres queridos ("Yo me quedé con la tranquilizadora sensación de haberle confesado quién era yo, como si la verdadera esencia de uno estuviera más en lo que nos resulta vergonzoso que en aquello que nos enorgullece").

Y sobre todo me veo en la obsesión/adicción que viví durante años, enganche mal llamado amor, cuando no lo es, en ocasiones, ni se le asemeja: "Cómo se hace para pedir ayuda, para contarle a alguien qeu un desgarro interior no te deja dormir, cómo se lelga a comprender que hay amores que han caducado, que prolongarlos es pudrirlos, cómo aprende uno a defenderse, a tener dignidad y no desear la compañía de quien sabes de antemano que te destruye, cómo distinguir entre amor y obsesión, por qué luchar por lo que ya no te pertenece, cómo se hace para estar triste sin humillarse, cómo aprender a comportarse correctamente, de tal manera que no tengas que pasar la vida rumiando errores que duelen más que por su gravedad por la cantidad de veces que los has repetido".

...

Gracias, Elvira, todo un placer. De tí aprendí a hablar de él como mi santo, qué no ibas a seguir enseñándome!

(me da igual si la novela es buena, o mala; si tu falta de imaginación te lleva a hablar de tí; o de si usas la escritura como terapia, sí, me da igual, porque una vez más... has hecho que crea en el presente, y que el futuro, ya llegará, si llega!)

...

dijous, 16 de desembre del 2010

Els Reis no existeixen! (i no són els pares, tampoc)

Tres anys i mig. Més de 40 mesos. Aproximadament 160 setmanes. No sé, cap a 1200 dies. Nits. Una altra nit, i una altra. L'estimava amb bogeria de dia, tant com l'odiava de nit.

Si us plau, prou, prou. Tothom opinava: No ho fas bé, l'has malacostumada, nota els teus nervis, no l'agafis tant, deixa-la plorar.

No puc, no puc, una altra nit més no, no puc.

Un matí, ja en tractament psicológic, i ja prenent pastilles per aguantar els nervis durant el dia, vaig arribar a la feina. La Piti m'esperava, sempre cap a la mateixa hora, per fer el cafè juntes:

L'odio. Vull que es mori. No puc més.

Ella, mare també, em va deixar dir. Sabia com l'estimava, però em va deixar dir. Perquè ho necessitava. Recordaré sempre aquell dia.

Metges, psicólegs, Estivills, àvies. Res. No li passa res. NO vol dormir. Dormir no està fet per ella. No és res.

Quan alguna amiga o companya em venia amb la història que no havia pogut dormir, pobreta, perquè el nen, la nena, havia passat mala nit, jo senzillament notava com la ràbia m'envaïa. I marxava sense contestar, per fora. Per dins no ho suportava i maleïa.

I sí, es feia novament de nit.

Vaig sentir la nena plorar, tota la nit. Em deien els veïns. Fins i tot van arribar a insinuar si la maltractàven.

No, a ella, no. Però recordo cops de cap contra la paret, meus. I crits amb el Miguel. NO puc més. No puc més. Plors meus, ara.

Vaig escriure al Pare Noel. Allà al Cercle Polar Àrtic. Jo, que no hi crec, ni mai he cregut.

I als Reis d'Orient.

Aquell dia feia 4 mesos. La primera riallada forta, divertida, enérgica com ella, li sortí aquell matí. A la nit, sí, també, va continuar plorant i despertant-se. Alguna nit, en aquells tres anys, vaig arribar a comptar que es desvetllava 20 vegades. No una o dues, o tres, sinó 10, 15, 20. Va començar aviat a parlar, naturalment, a cridar-nos quan trigàvem a anar. I sí, vam fer dos cops, o tres, l'estivill. Rellotge en mà. Però té un marge de no resposta del 2%: un u per cent, l'aina; l'altre, la jana (tot i que només va estar un any per aconseguir fer la nit i, ho negaré sempre: encara a dia d'avui necessita quedar-se adormida al nostre llit per agafar la son).

La vaig escriure, i com la del Pare Noel, la vaig ensobrar i enviar a la bústia groga del carrer de dalt. Encara les guardo, totes dues. La dels Reis deia així:

Estimats Reis,

Em dic Aina i avui faig quatre mesos. Encara no sé escriure i per això li he dit a la mare que ho faci ella per mi.

Només us vull demanar una cosa. Sí, una, perquè ja ho tinc gairebé tot. Bé, vull dir que, de moment, totes les coses materials que necessito, les tinc.

El cas és que el regal que vull no val diners, i amb aquest també farieu un regal al pare, i a la mare: VULL QUE M'ENSENYEU A DORMIR, perquè des que he nascut que no ho he aprés.

De dia em costa molt i ploro fins que no ho aconsegueixo, i perquè m'hi obliguen. Però de nit no hi ha manera. És pitjor. Em desperto moltes vegades abans no agafo el son, i no dormo més de dues hores seguides. La mare apunta cada vegada que em desperto i quanta estona trigo en adormir-me. Sovint em quedo ja al seu llit, amb el pare, també, per no aixecar-se tantes vegades.

No demano tant, oi?

Res més Reis, espero que em concediu el meu regal, i us envio un munt de petonets i abraçades.

Aina (i els seus pares)

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Els Reis no existeixen, o la carta es va perdre, perquè encara trigariem tres anys a dormir una nit sencera. U-N-A N-I-T S-E-N-C-E-R-A. No, jo ja no hi crec en els Reis.

dissabte, 11 de desembre del 2010

Mis lágrimas en tus dedos

Mis lágrimas en tus dedos

Desde el principio, los inicios, todo empezó… es la historia de unos encuentros y desencuentros digna del guión más inverosímil.

La vida nos fue llevando por el mismo camino.

Es increíble, me decía a mí misma, viviamos en la misma calle del mismo barrio, de pequeñas, sin saberlo. Y con los años, ambas, sin conocernos, marchamos de aquella zona para volar hacia donde un poeta cantaba aquello que de vez en cuando la vida nos besa en la boca.

Y los años van pasando.

Yo estudio, tú estudias: la misma carrera. Aún así; nada nos había unido, aún. Aún.

Recuerdo como si fuera ayer aquella reunión, ya madres, el mismo colegio y un único objetivo, la felicidad de su hijo, de mi hija. Tardes, a veces noches, y más tardes.

Seguimos juntas en aquel presente.

Con el tiempo supimos cuándo coincidimos por primera vez con nombres y quizás apellidos: Una pizzería, cada una a un lado de la barra. O de las mesas.

Una tarde, soy capaz de revivirlo como si hubiera sucedido ayer, ocho años atrás, un desagradable encuentro me hizo llorar. Lloré de tristeza, y rabia, y pena.

Ella solo me miró, me pidió que no llorara más, que esa situación no merecía mis lágrimas, alzó una mano y las secó: secó mis lágrimas. Nunca nadie, nadie nunca desde que tengo uso de razón, o edad para tenerla, ha secado mis lágrimas sin ser una metáfora.

Solo ella.

Solo por eso RSD será siempre alguien con espacio en mi corazón. Aunque nunca más vuelva a verla, a reírme, a contar y cantar.


(hablando de eternidades)


dimecres, 1 de desembre del 2010

Wikileaks Familiar

Fa molts, molts anys, tants com 28, un dia la Pili, ma germana gran, va haver de fer una redacció per a la classe de català a l'institut. Aleshores feia 2n de BUP, sí, al Maragall. Com jo després.

Havia de fer una descripció, i això és el que va escriure:

"Sempre m'he volgut imaginar sense la meva germana i ara ho trobo difícil.

Té ara 13 anys però parla i pensa com si en tingués setze o disset.

D'alçada és més o menys com jo, porta una gran melena de cabells rossos, i el seu pitjor problema és a l'hora de comprar sabates perquè té un peu molt gran.

El que més m'agrada d'ella és la seva intel·ligència, quan anava a segon de bàsica deia que la professora li tenia mania i enveja perquè ella sabia més que la mestra.

És una noia que quan busca qualsevol cosa no ho deixa fins que ho ha trobat.

L'admiro molt pel seu fort caràcter i encara que som germanes molta gent no ho diria.

Ara penso que a vegades és bo tenir-la al costat, i millor com a amiga que no com a enemiga"

Pili Puntero

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Ja veieu, anys després, molts anys després, en enterar-se de la mort, sobtada, de la germana d'un conegut personatge, em va enviar un sms: Prométeme que nunca te morirás antes que yo. Li vaig contestar: Te lo prometo, si tú tampoco lo haces.

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Hi ha molts moments, molts, en què ens hem allunyat, però sempre hem sabut el camí de tornada; hem plorat, rigut, cridat, juntes. Mai oblidaré una frase que va deixar anar un dia d'aquelles dures setmanes a Sant Joan de Déu: Sin ti nunca lo hubiera soportado (sense mi i sense ell, evidentement).

Un petó ben fort a la millor germana gran que podia tenir, curiosament fa ben poques hores que m'ha enviat un correu dient que m'estimava.

Ho sé, jo també.

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Suposo que podia posar alguna cançó més adient però és que aquesta, senzillament, és ella. Sencera.

Un petó,

dissabte, 13 de novembre del 2010

La Núria i les seves pors

Un d'aquests dimarts, al curs, vam haver de fer una relació de les nostres pors. Qualsevol por, real, irreal, viscuda, oblidada, temuda, obsessiva. Pors. Qualsevol por: pors que anul·len, però de les que et fan créixer, de les que et paralitzen, però també aquelles que t'empenyen a continuar lluitant.

Vaig atrevir-m'hi, i les pors van anar aflorint, com van anar apareixent, us les penjo.

1- Barreja de por i fàstic: als escarabats, les cuques, les rates, les gavines (les de Barcelona, si més no).
2- Ser a la muntanya i trobar-nos un gos, molt més que trobar-me l'ós de la Vall d'Aran, o un porcsenglar a Collserola. Un gos abandonat, afamat, amb tanta por com jo però més ràbia, més dents, més força.
3- Els atacs de ràbia de la Jana: incontrolables. Em produeixen por, i impotència.
4- Que el nen torni a patir un càncer. Aquesta por m'anul·la, em desmunta, em governa els mals pensaments.
5- La mort: la meva quan la penso, quan la ment s'hi recrea, imaginant-la amb tot luxe de detalls.
6- La mort dels que estimo, dels qui necessito i em necessiten.
7- La por a no suportar el dolor, qualsevol dolor dels que atrapen el cor, el cos, la ment.
8- Por a embogir quan tinc un atac d'ansietat.
9- La por a tornar a patir-ne un, d'atac de pànic.
10-La caiguda, des de casa, d'algú. D'elles. És curiós, tant la jana com l'aina han pujat en parapent, i l'aina s'ha tirat en paracaigudes, no em va fer cap neguit important. El finestral de casa em supera. L'alçada a casa(no em passa a la muntanya, mai, per molta alçada que fem).

Freud diria... Que digui!

Smackmellon - High Wire

dimarts, 2 de novembre del 2010

La Novia Eterna

Aún ahora, tantos años después, cuando leo, ella se tumba a mi lado, y me escucha atenta. Me escucha mientras juego con sus pechos, me escucha aunque yo ya no le lea en voz alta.

Sí, hubo un momento en nuestra relación a partir del cual no hubiera hecho falta que habláramos porque ambos sabíamos qué iba a decir el otro tras según qué comentario, o ante una situación curiosa. Reíamos y reíamos, ella, traviesa, respondona, decía divertida: "En breve no hará falta que me digas ni lo que piensas, hasta eso adivinaría ya de tí!".

Nada era aburrido a su lado, nunca lo ha sido.

Juntos bajamos a la calle, toma mi mano con prisas, como suele hacerlo casi todo, como cuando me besa, con ese ansía, ese torrente de lenguas, labios, saliva, con ese deseo que la invade de pronto , que nos invade (sí, como a mi, cómo la deseo aún ahora ¡tantos años después!). Me acaricia los dedos con los suyos y, a veces, distraída, desabrocha los botones de mi camisa y juega con la pelusa, ya blanquecina, que recubre mi pecho.

Mientras paseamos, juntos, como siempre, siendo uno, abrazados, ella ríe por cualquier cosa... mis ojos apenas pueden disimular esa lágrima que, nuevamente, acude a empañar el presente vacío (No temas, Amor, me decía ella cuando hacíamos el amor, lloro porque soy feliz, muy feliz, tan feliz...).

No, por mucho que se empeñe mi terapeuta, su mejor amiga, y nuestra hija, no, Ella no dejó una huella en mi corazón al morir, Ella, se ha quedado conmigo como prometió, en ese amor eterno que aquel día nos juramos (cuatro rosas fueron testigos).

Ese amor incompleto que aquella tarde de viernes se apagó junto a su corazón: "Te quiero -me dijo unos minutos antes- la vida no es suficiente para quererte, te quiero para toda la muerte".

Y yo, simplemente, y como siempre, la creí.

diumenge, 24 d’octubre del 2010

Narro, Narra...

Bé, el cas és que -com vaig escriure ahir- haviem d'explicar una mateixa situació amb dos narradors diferents. Així que vaig recordar el segon cafè d'aquell matí (dimarts). Llegia feia unes quantes setmanes la mateixa novel·la, sí La Pesta d'en Camus, una mena de repte absurd com els que m'acostumo a posar de tant en tant, i fruïa perquè arribés el moment d'acabar-la: cinc pàgines. Només cinc pàgines. No m'importava tant com acabava com el fet de tancar el llibre definitivamnet. Cruel? Pobre Albert Camus? Jo què sé!

Així és que...

El segon cafè del dia

Només llevar-me necessito cafè: ben carregat, calent, amb llet. Sí, bàsic per poder considerar-me persona. Després d'una abraçada matinera li n'he demanat un a la meva parella. Me n'ha fet un com sap que m'agrada (i com me'l fa sempre, ell és el cafeter oficial de casa) i de seguida he pensat en el segon que em prendria, en el proper cafè.

Mmmmmmmmmmmmmmm, pensava, arribaré d'horeta a la feina, directament a la màquina del cafè i allà, mentres me'l bec, poc a poc, acabaré les cinc pàgines que em falten per donar fi a la novel·la que arrossego. No m'atreveixo a dir que llegeixo.

Tot rutlla, em dic, deu minuts abans de les vuit ja sóc a l'ofice. Porto monedes, correcte, trec el cafè i m'assec, sola, a una de les taules de la sala. Obro el llibre i abans d'acabar la primera línia ja sento veus a la sala. No alço el cap, no em giro. No. Però això no evita que les veus es dirigeixin a mi:

- Bon dia, matinera! Fem el cafè junts, Núria?

- Sí, i tant, seieu!

Cap gest al meu rostre evidencia el petit, petit, petit malestar que m'envaeix.


El seu segon cafè

No es considera persona fins que no pren el primer cafè. Avui l'ha fet a casa, el seu company li ha preparat com sap que li agrada: carregat, fort, amb la llet calenta, en got.

Ella li ha regalat una abraçada matinera per demanar-li, però no calia, ell sap que és qui fa els cafès a casa, per norma. I no li molesta, gens. Ella planxa, ell fa cafès. Segurament pensa que el pacte tàcit és desequilibrat així que mai no té un no per fer un cafè. Amb abraçada o sense.

Somriu mentres beu, la seva ment ja vola: fa dies que llegeix la mateixa novel·la i per una o una altra causa no troba moment de treure-se-la del damunt. No li està agradant gens, és evident, no li dedica més que uns minuts diàriament.

Només li falten quatre o cinc pàgines que se li resisteixen fa ja moltes hores.

Pensa en arribarar d'hora a la feina, entrar a la sala del cafè, buida per norma a tres de vuit, i treure el segon cafè. El cafè amb què donarà per acabada la lectura.

Ja hi és: s'hi asseu, obre el llibre, amb el cafè a l'abast de la mà i de seguida sent veus. Entren la Marta i el Sergi i se li adrecen:

- Bon dia, matinera! Fem el cafè junts, Núria?

Agafen les cadires del seu costat i se la miren somrient mentres ella plega el llibre.

- Sí, i tant, seieu!

Cap gest, no hi ha cap gest que deixi veure el malestar que l'ha envaida de cop!

(No, no miro la tele, però la música dels anuncis, i la música d'ER i d'Anatomia és, molt sovint, genial)

dijous, 21 d’octubre del 2010

El Conte i l'Emoció

Des de fa unes setmanes faig un nou curs: El Conte i l'emoció.

Quina connexió hi podem trobar és el que espero descobrir! O no, en el fons el que vull és alliberar la ment de números (feina), d'estudis (opos), tasques doméstiques (els tres virgos de casa inclosos) i, en definitiva, del món mundial, i a banda d'alliberar energia, és clar, aprendre'n tant com pugui, d'escriure.

Per això, i perquè no sóc tonteta, m'he buscar un bon company de taller: Muacs!

Així que ja ens veus al compi del bloc del costat i a mi centrats a la classe (no sempre, l'altre dia ens moriem del riure con dos Adolescents, etapa que vam deixar enrera fa ja molts anys, jo encara més que ell), fent les tasques que ens posa la "profa" (bé, esto: Núria, no em puc creure que no hagis fet res a casa! Deia mentres que donava per fet que d'ell no ho esperés mai, això), i apreciant la diferència de coneixements de tots els nostres companys (som com dos bàndols: ells i nosaltres dos! Ells treballen i nosaltres critiquem el que fan, lleig, ja us ho dic ara, lleig això que fem!).

El cas és que l'altre dia una de les tasques, que em va semblar molt interessant i que tot i que practicar sovint (com podeu comprovar amb els meus escrits) no sabia que feia (jo), doncs una de les tasques va ser: Distingir la veu del NARRADOR en un conte, relat, escrit, artible.

Existeix la veu del narrador Present/Directe/Protagonista que és un dels personatges de la història (Jo, per exemple) i explica només alló que veu (a banda que dedueixi pel que llegeix entre línies, o cregui entendre del que mira o... ) i els Narradors: Omniscient i Quasi Omniscient.

L'Omniscient, sembla ser, vés per on, que és el que jo utilitzo habitualment: No forma part de la narració: és aquell qui explica la història i ho sap tot. Coneix de tothom tant els pensaments com els sentiments més profunds, sap què passa aquí, allà, i dintre de cadascun dels personatges, principals o secundaris. Explica els fets en tercera persona, en present -el meu cas- o en passat.

El Quasi Omniscient/Objectiu/Extern només relata alló que veu, sense analitzar ni pretendre anar més enllà.

Com us deia més amunt la feineta que haviem de fer l'altre dia era tan senzilla com explicar una anècdota del dia anterior, o d'aquell mateix dia, que poguessin contar primer en veu directa (primera persona) i després passar-la a tercera persona (narrador O o bé QO).

Per no fer més feixuga aquesta entrada la publico tal qual i després penjaré (qui diu després, diu...) les dues versions de la mateixa història.

Pel que fa a la BSO agrair a la Medea que sempre ens faci conéixer cançons/melodies/músiques meravelloses. Gràcies.

I gràcies a vosaltres, també, per llegir-me. "Les històries que explico no tindrien sentit sinó tingués a qui explicar-les".

dissabte, 25 de setembre del 2010

Quan estàs feliç...(com una perdís!)

Sí, porto uns dies molt feliç, retant a la tardor, l'estació més odiada per a mi i alhora la més estimada. Curiosa paradoxa, oi? Sí, odiada perquè els "necessitats com jo d'un neurotransmissor, en condicions, de la serotonina" estem una mica en funció del vent que bufa tant a fora com a dins, i la tardor, també la primavera -tot i que a mi no m'afecta tant- doncs la tardor causa "estragos" entre les meves neurones; però alhora també és la més estimada de les estacions perquè adoro els colors que la muntanya m'ofereix aquestes setmanes, amb tonalitats que van des del groc més intens fins al marron més fosc i atractiu (passant pel verd, el vermell, el carabassa...).

En fi, una contradicció més de les que acostumo a envoltar-me: Así soy y así me acepto, negro, blanco, blanco, negro.

Bé, com us deia, estic en un bon moment, no especialment per res, o sí, però això ja seria part d'una altra entrada, no em puc queixar de la meva vida i m'estimo els qui tinc a la vora, i el que faig. Em sento a gust amb mi i he aprés a dur les regnes de la meva vida... bla, bla, bla.

Però, però, sovint per saber que una cosa és gran, tendim a necessitar comparar-la amb una de petita, per allò de situar-nos (sí, com el retrat robot erroni que l'altre dia vaig fer-li al meu company del voluntariat de Collserola... yunou, oi?). Així és que sé que estic bé perquè he estat malament, i perquè de tant en tant tinc baixades hormonals, temporals, o minutals... jo què sé! Sí malgrat la química i la teràpia continuo essent muntanya russa de tant en tant!

Total, sopàvem les tres, el jefe va marxar a veure un partit de caniques, o padel, o petanca, a l'ordinador (alló tan important a la seva vida... vinga, sí, ironia pura, que jo tinc moltes coses capdalts també a la meva vida que fan riure!). No recordo el motiu, ja sabeu, esa Dori que m'envaeix tot sovint, no recordo ben bé el motiu però alguna cosa em devia fer dir en veu alta i sense ni tan sols ser conscient: Què poc en sé de ser mare!

Plof!

L'Aina em va mirar i va dir: Però que dius, si ets la millor mare del món mundia!?

Ein? M'ho dius de debó?(momento cursiromànticoexistencialista).

Sí, mama, les altres mares o són massa exigents, o són massa deixades, o són massa serioses, o no fan res amb els nens, o no expliquen res... sí, ets molt bona mare, la millor mare.

Van venir els de l'ambulància en un segon ja eren a casa, el meu cor fibrilava, carregueu a 300, foraaaaaaaa, bé, torna a tenir batec, podem marxar.

Buf, buf, poques coses poden fer-te pujar l'ànim com aquestes inesperades i sinceres paraules (i dic sinceres perquè si jo sóc Doña Clarillas, a parer d'una amiga meva, l'aina trenca motllos).

Bien, bien, bien, així que tot i no ser una mare a l'ús, d'això ja n'hem parlat largo i tendido amb elles, ho estic fent bé i ens hi entenem... heu vist la peli Sirenas, de la Cher? doncs una mica així és la nostra relació, coi, i ens funciona! Què més puc demanar per estar, ser, sentir-me feliç!

Tingueu una bona tardor, i sobre tot, balleu, canteu, rieu i...

dissabte, 4 de setembre del 2010

Down By Law

Es una gran película, de hace unos años, de Jim Jarmusch. Recuerdo haber leído en una cartelera de unos cines de barrio que la anunciaban como "Don Bailón". Vale. Cada uno, verdad, escribe y lee el inglés como quiere (aunque yo, y eso es sagrado, me llame Núria con acento aquí y en la China Popular!)

Total, el tema de hoy (mi puñetero tema y con el que he estado agobiando nuevamente a mi familia estos días...-eo, lo justo, eh!, que tenemos poco aguante!!!-) no es el cine, sino: El Peso. El puñetero peso corporal mío propio yomiméconmigo que marca mis últimos, no sé, cuarenta años?

Nací con peso medio (supongo, hay que joderse que nunca he preguntado cuánto pesé al nacer, claro que conociendo a mi madre seguro que me dirá: pues lo normal! Hala pues, nací pesando lo normal!), pero enseguida y digamos que por causas totalmente justificadas fui una niña delgada, delgada, delgada. Huesuda. Sí, si es que me convertí en una experta tiradoradelacomidaquenoquería (es decir: toda) sin que nadie se diera cuenta. Recuerdo la hora de la comida y la cena como un suplicio: Ecs! Habas, verdura, pescado, fruta... Ecs a todo que no fuera un bocata de fuet con pan con tomate (purés incluídos, cuya textura me repugnaba).

Así, mi problema de peso por entonces, y hasta bien entrada la adolescencia (no sé, 16?) era de bajo peso. No me gustaba ir a comer a casa de nadie, recuerdo el sarpullido generalizado que unas croquetas (seguro que buenísimas) de mi tía (Leire, Saioa, guruche, sí) me provocaron. Buf. Tampoco, de más mayor, iba a comer a casa de los amigos. Y en casa de los padres del santo se subían por las paredes cuando iba a comer!

No sé cuándo se produjo el cambio (en otras cosas, ya véis, no he cambiado nada...) pero el caso es que un buen día me ví haciendo la dieta Herbalife. Hace de eso, qué, dieciocho años? El biológico (en paz no descanse nunca) dijo una vez: Núria tendrá siempre problemas de peso, andará con dietas. Lo clavó. Debe ser lo único sensato que dijo en su vida. En fin.

Empecé a comer, a comer, a comer... no a beber, que no, que la cerveza hace poquitos años que me gusta, y el cava otro tanto, pero a comer, mmmmmmm... de todo. Todo era un placer. Hasta la verdurita, a la planca o hervida (eso sí, la cebolla y el ajo ni de lejos aún ahora).

Hace tres veranos, después de verme en unas fotos (una, ya que no suelo hacerme) me ví por duplicado. Pero no había duda: Era yo, y solo era una yo. Jomateixa. Buf! Todo eso era yo? Me puse a dieta: Pronokal. Una pasta? Bueno. Pero bajé 12kg. Me quedé monísima de la muerte (como en todo, cuando me pongo me pongo, y no me salté ni un día la dieta, nada, a pesar de pillar navidad de lleno, nada. Recuerdo una noche de fiesta con los del curro: cómo mola mirar los toros desde la barrera -qué pasa, soy catalana pero me gustan los toros, y los sanfermines, aunque lo de matar ya...no!- y estar serena en una noche en que todos están desfasados. Genial, buena experiencia!): 53,5kg. Mi capullo preferido me tenía prohibido bajar de 54 y subir de 56 (subir le era lo mismo, era yo quien insistía en no subir... y me parecia imposible llegar a 56). Una magnífica talla 38 (a veces me sobraba, incluso).

Bua, vaya dosis de autoestima en vena.

Me he mantenido dos años, quilo, dos quilos arriba abajo.

Hasta hace unos pocos meses, la suma del descontrol de horarios (me quedé sin rutina a la vez que me quedé sin office en el curro), del aumento de ansiedad, de los conflictos emocionales, más la vuelta a los antidepresivos no ayudó... y así he llegado a donde estoy.

Bueno, así y metiéndome entre pecho y espalda montones de helados (Núria, prou, que me dice el jefe), cervezas, pan, pasta, saltándome comidas (yo era la reina de las cinco comidas espaciadas entre 2/4horas), abusando de las tapas, las patatas, las salsas. Vamos que eso no lo hace el agua, que decía el Txatxo (claro qeu él lo decía por otro motivo).

A día de hoy, maravillosos 68kg hacen de mí una gran Núria. Gran, gran, Núria.

Pero dadme tiempo: antes de Cap d'any me planto en 55kg. O eso, o me la corto (la oreja operada, digo)!

divendres, 20 d’agost del 2010

Vacances Novament

Lectures, nenes, crits, aigua, enyor, buscar, trobar, amor, pau, nenes, muntanya, llibres, blocs, dibuixos...

Tancat per Vacances, si us plau, quan torni vull trobar Tot a Lloc!

Petons,

Núria

Te...

dimecres, 18 d’agost del 2010

Tu recuerdo

Hola, me dijo de manera atrevida entrando por la ventana abierta de par en par. Vengo a verte. Y a instalarme en tí otra vez.

Le miré de frente, sonriendo.

Mi reacción me sorpendió, cómo era capaz de sonreir al recuerdo de tanto dolor? Algo había cambiado: por fin me invadía la paz, la calma, la sabiduría de los años.

Puedes quedarte unos momentos, sí.

Se mostró extrañado, ¿unos momentos?, replicó, no, ya te he dicho que vengo a instalarme, a vencerte otra vez, a destrozarte este día de agosto, y los venideros. Como siempre, entrar ha sido bien sencillo, el hueco del ventanal me ha invitado a hacerlo.

Tenía razón, sí, ví el sol resplandecer a través de él, pero no pude dejar de reír...

No te esperaba, no era a tí a quien esperaba. No importa, siéntate, me gustará mirarte.

Y me planté, como él, en aquel último día, como mágica dueña del tiempo, y de la mente, de mi mente: una chispa de emoción acudió en el centro de mi pecho, pero ninguna lágrima enturbió ese instante, seguí sonriendo.

Estoy bien, feliz, me gusta que hayas decidido volver, pero tengo cosas en qué pensar, ahora. Debes irte.

Contrariado me dijo, quizas para ganar tiempo y volver a conquistar ese trozo de mi corazón que fue suyo:

Si te soy sincero fue uno de mis mejores momentos junto a tí...

Sí, también de los míos, me alegro de coincidir, pero no puedo dedicarte más tiempo.

Un beso, no, dos, y cierra la puerta al salir. Ajústala, únicamente.

La ventana continuaba abierta, permimtiendo que el sol llenara de vida, pura vida, aquella estancia.

Se levantó, sorprendido, mientras depositaba el café encima de la mesa, y se daba cuenta que ya no era el dueño en mi salón, aquel que fue suyo... desconcertado fue alejándose lentamente; busqué a pleno alma ese sol radiante de primera hora, fantásticamente cálido, solo cálido, y alegre como yo.

La sonrisa seguía en mis labios, mis ojos ya no le miraban, de nuevo empezaban a soñar...

dimarts, 10 d’agost del 2010

Estupor y Temblores - Amélie Nothomb

Querida Amélie,

No lo dude: la seguirán llamando rara, y qué?, a mí me encanta su excentricismo, sus respuestas (las mentales y las reales), la manera tan fantástica de vivir la vida, sus idas y venidas (y no solo de Bélgica a Japón, me refiero a sus pasos del blanco al negro, del cielo al infierno, de la sonrisa a las lágrimas). Me siento muy identificada con usted, mucho.

Sus historias, como siempre, me hacen reir, pero también me entristecen al comprobar la realidad humana (de aquí o de allí, qué más da!). Pero es que su última novela (una de las primeras que publicó, lo sé, pero la última que he leído de usted) me ha hecho vivir una realidad tan excéntrica como la suya, o como la m´kia, como jomateixa.

He pasado unos días geniales en Les, Pirineo de Lleida. Un ambiente familiar (familiar porque los que allí estábamos éramos familias y compartíamos diez días de espacio y actividades), una comida genial, unas montañas que pedían ser pisadas palmo a palmo y un tiempo fresquito, fresquito (como deseamos en verano).

Total, ayer por la tarde, Aina decidió que le comprara una mochila para empezar la Eso estrenando (no, no recuerdo el nombre de la marca, pero sí, era de marca, aixxxxxx!) vale, sí, le dije, pero a cambio vamos a Bossòst caminando (y volvemos), y de paso hablamos y no callamos.

Así lo hicimos.

Pero como antes de emprender camino estaba con el portátil (sí, en el foro) y leyéndola (apenas me quedaban unas páginas) y me daba una pereza terrible subir a la habitación a dejar los trastos, decidí "depositarlos" en el mostrador de recepción (Portátil, cargador del portátil, una chaqueta de Jana y la novela -de la biblio- de Anagrama: Amarilla, ya sabe, de discreta nada).

Pues nada, dos horitas después, al volver, estaba todo... excepto el libro! No me lo podía creer. Buf.

Yo que este año estaba más que decidida a no conocer ni hablar con nadie en la Residencia (como un voto de silencio???) pregunté a diestro y siniestro a la hora de la cena. Mesa a mesa comenté el tema a todas las familias:

Un libro, cómo era?; Vaya, ahora la gente lee?; Y no se han llevado el ordenador?; No jodas, en serio?; Jajajaja, ui perdona!

Montones de respuestas diferentes, y la mayoría divertidas, que me hicieron conocer a quienes compartían espacio con mi familia pero de quienes no sabía ni el nombre.

Me reí mucho, mucho. Hubo respuestas y comentarios que me parecieron más surrealistas aún, pero me lo pasé en grande (sí, vale, estuve en mi salsa, a pesar de mi voto de asociabilidad... que no es ni voto, solo es contagio puro y duro de mis tres virgos).

Me convertí en la del libro. Que jartón de reir con unas chicas de Córdoba, ocasión genial para hablar con aquel papi de buenas pintas (y poca lucidez finalmente), para entrar en un blog que me hizo sentirme cómoda desde el primer momento y suscribirme y, bueno, para charlar con un residente hasta las tantas.

Ahí voy: el tema del libro dió para que este residente, llamémosle Antonio, sacara la psicóloga que hay en mí (esa mezcla genial de carne de terapia, de currante en un bar durante años, y de, bueno vale, cotilla increíble). Me contó y contó, y contó: de dónde sacamos esa capacidad de resumir nuestros cuarenta años en una hora y sin ningún tipo de miedo? Creo que pude ayudarle, sí (por experiencia propia? por sentido común del que suelo carecer? por la objetividad que da la no implicación y el desconocimiento?). Y me lo agradeció. Y yo a él: ser capaz de explicar cómo dar un cambio de rumbo (mental) a tu vida es síntoma que la pasta invertida en terapia -mucha- es rentable. Para tí, y para alguien más.

No, no, el libro no ha aparecido y claro tendré que comprarlo para la biblio (chissssst, enseñaré esta entrada del blog a ver si es un atenuante), pero si quien se lo llevó lo lee, señora mía; si Antonio hace algún cambio en su pensar; si las risas andaluzas de ayer sirvieron para ser un rato felices, que ya le digo que sí, y si acabo publicando esta entrada... hasta la "pérdida irreparable" habrá valido la pena.

Como tantas otras situaciones extrañas!

(sí, sí, como limpiar retretes en Yamamori siendo traductora, filóloga, intérprete...)

Un beso Amélie-San,

Núria (joma)

dissabte, 7 d’agost del 2010

Això, amic meu, només ho sap el vent!

Un pirata, fa ja més d'un any, em va fer conéixer la Katie Melua. No només conéixer-la: em traduïa les seves cançons. I no només les d'ella, es va convertir, cada nit, en el meu traductor personal. Xatejàvem cada nit, sempre que podiem, a cada moment. Tot i no conéixer-nos. No ens calia, però. El sentit de l'humor era força semblant, tots dos estimàvem la nostra llengua i tots dos teniem ganes de saber més de l'altre. Un cóctel perfecte. O els ingredients per un cóctel perfecte. Finalment no ho va ser. I què? Com sempre em vull quedar amb la història, no amb el final, no amb un fragment de la relació, no. Sinó amb alló que vaig aprendre d'ell, i potser, qui sap, ell de mi.

Una cançó d'ella, tornant a la Katie Melua, em va marcar: Piece by Piece. Sí, si m'heu llegit algun cop potser heu llegit un relat que sobre el dol, sobre el procés del dol fa uns mesos vaig escriure. Aquell era un dol particular, però el procés del dol no només contempla una separació, un canvi de domicili, la pérdua d'una feina, el trencament de la relació amb un amic, un trasllat, sinó també la pitjor de les pérdues perquè no té remei: la mort.

(La mort que ens recorda, de tant en tant, que estem vius i que la vida cal viure-la, no només deixar-la passar: gaudir-la, segon a segon, minut a minut. Encoratjats a véncer-la si ens planta cara)

Aquesta cançó té un especial significat per a mi, no només per qui me la va fer sentir (escoltar però sentir, també) sinó perquè vaig voler donar-li un especial significat. I sí, va fer la feina que havia de fer, fa uns mesos. Va servir per un adéu molt dur. Molt dur però molt necessari.

Quan vaig saber que Ella venia a l'Auditori vaig comprar les entrades, de seguida. Eren cares, però vaig poder triar, i els seients escolits, crec, eren bons. Dues companyes de feina em van ajudar, i els vaig deixar sentir alguna cançó.

En el temps des que vaig comprar les fins fa uns dies moltes coses han canviat al meu voltant, però sobretot dins meu, dins del meu cap, dins del meu cor. Prou, em vaig dir. Si tot té un final, el final ha arribat.

I, novament: què faig amb les entrades?

Evidentment, regalar-les. Però a qui? Per quin motiu? (no, sé que no cal un motiu per fer un regal però volia que fos una cosa especial...)

Ja ho tenia, sí, ja ho tenia.

Vaig escriure una nota, a mà, com poques se'n fan avui dia, però amb el cor, sincera. Els explicava, sense entrar en detalls, per què les entrades i per què a elles.

I els les vaig donar: Gràcies, gràcies -van dir.

Però no només això, sovint, les coses, passen per algun motiu: quan la IM va mirar la data del concert (14 d'octubre) el seu gest es va enfosquir, només un segon, tot i que temps suficient per tal d'adonar-me'n...

Recordo la data del trencament de la seva vida, no va ser a l'octubre: De qui hauria estat l'aniversari? -li vaig preguntar.

M'ho va dir, però només això, poc, sense voler continuar amb el tema, el que sempre porta al cor però que no vol que domini el seu dia a dia amb la relació amb els altres.

- NO saps com m'alegro! Passaràs el dia del seu aniversari en un concert preciós i amb una gran amiga teva. Encara em fa més feliç haver-vos triat per regalar-vos-les.

Per què a mi, per què ara, per què d'aquesta manera?

Sí, sovint tot té un perquè, tot i que costi veure'l (o pugui fer mal).

divendres, 6 d’agost del 2010

El carregador

Estem passant uns dies (Genials) a Les, Lleida. Algun dia m'entretindré a explicar-vos on i per què. Total, uns dies de caminar matí i tarda per unes muntanyes i boscos preciosos, de menjar bé, d'estar els quatre junts compartint oci (poques vegades a l'any tenim ocasió d'estar realment així), amb una temperatura magnífica... en fi. Tot fantàstic.

Sempre que fem maletes riem pensant: Què ens deixarem aquest cop? I sí, sempre acabem deixant-nos alguna cosa important, o més o menys important.

Total, ho hem dut tot... menys el cable que serveix per endollar el carregador de la bateria de la màquina de fer fotos a la xarxa. Nop. Hi és l'aparell, la màquina i, per primera vegada, les ganes de fer fotos ja que ens duem la màquina allà on anem però, però... no hi és el cable. Llàstima. La intenció era bona, i evidentment de les fotos fetes jo no hi surto, com habitualment, a cap.

(demanaré explicacions a l'ós de Canejan... potser cola!)

Ps. La cançó d'avui em recorda a molts viatges cantant-la amb les petardes!

(sí, tinc algun escrit al cap, pena que no hi hagi cap cable, oblidat o no, que porti directament els meus pensaments al bloc... encara!)