Una adicción, según la primera acepción del diccionario de la Rae, es el hábito de quien se deja dominar por el uso de alguna o algunas drogas tóxicas, o por la afición desmedida a ciertos juegos. Fijándonos en la segunda acepción la cosa cambia (a mejor?) no lo sé... Asignación, entrega, adhesión.
El primer paso para lograr la desintoxicación es desearla. Desearla de verdad. Y poner todo el empeño en superar los primeros momentos, los primeros días, las primeras semanas. Convencerse de que es lo mejor, el único camino, y mirar hacia el futuro en positivo, aunque cueste, aunque no se sea capaz de confiar, de creer, de otear un horizonte sin esa droga; aunque duela y el corazón se te rompa en trocitos; y por mucho que la mente ordene, debilitada, su ración de toxina diaria.
(Hace años, muchos, o pocos, no importa, alguien me dijo: Te has liberado, verdad, dejando esta relación? Sí, eso sentí. Justo eso, liberación, como cada vez que he abandonado, forzada, o no, una adicción tóxica, emocional, psicológica, social...)
No es fácil y sin embargo, a veces, solo a veces, sobran los motivos para luchar por conseguir la desintoxicación para siempre.
Sí, cuesta dejar de ser esclavo, sobre todo de lo que te hace feliz, pero la liberación, la libertad, compensa de todo. Ligereza, qué delicia.
ResponEliminaAceptar la esclavitud a pesar de... es ser esclavo?
ResponEliminaEstoy hecha un mar de dudas. Como tu mar, o el mío.