divendres, 20 d’agost del 2010

Vacances Novament

Lectures, nenes, crits, aigua, enyor, buscar, trobar, amor, pau, nenes, muntanya, llibres, blocs, dibuixos...

Tancat per Vacances, si us plau, quan torni vull trobar Tot a Lloc!

Petons,

Núria

Te...

dimecres, 18 d’agost del 2010

Tu recuerdo

Hola, me dijo de manera atrevida entrando por la ventana abierta de par en par. Vengo a verte. Y a instalarme en tí otra vez.

Le miré de frente, sonriendo.

Mi reacción me sorpendió, cómo era capaz de sonreir al recuerdo de tanto dolor? Algo había cambiado: por fin me invadía la paz, la calma, la sabiduría de los años.

Puedes quedarte unos momentos, sí.

Se mostró extrañado, ¿unos momentos?, replicó, no, ya te he dicho que vengo a instalarme, a vencerte otra vez, a destrozarte este día de agosto, y los venideros. Como siempre, entrar ha sido bien sencillo, el hueco del ventanal me ha invitado a hacerlo.

Tenía razón, sí, ví el sol resplandecer a través de él, pero no pude dejar de reír...

No te esperaba, no era a tí a quien esperaba. No importa, siéntate, me gustará mirarte.

Y me planté, como él, en aquel último día, como mágica dueña del tiempo, y de la mente, de mi mente: una chispa de emoción acudió en el centro de mi pecho, pero ninguna lágrima enturbió ese instante, seguí sonriendo.

Estoy bien, feliz, me gusta que hayas decidido volver, pero tengo cosas en qué pensar, ahora. Debes irte.

Contrariado me dijo, quizas para ganar tiempo y volver a conquistar ese trozo de mi corazón que fue suyo:

Si te soy sincero fue uno de mis mejores momentos junto a tí...

Sí, también de los míos, me alegro de coincidir, pero no puedo dedicarte más tiempo.

Un beso, no, dos, y cierra la puerta al salir. Ajústala, únicamente.

La ventana continuaba abierta, permimtiendo que el sol llenara de vida, pura vida, aquella estancia.

Se levantó, sorprendido, mientras depositaba el café encima de la mesa, y se daba cuenta que ya no era el dueño en mi salón, aquel que fue suyo... desconcertado fue alejándose lentamente; busqué a pleno alma ese sol radiante de primera hora, fantásticamente cálido, solo cálido, y alegre como yo.

La sonrisa seguía en mis labios, mis ojos ya no le miraban, de nuevo empezaban a soñar...

dimarts, 10 d’agost del 2010

Estupor y Temblores - Amélie Nothomb

Querida Amélie,

No lo dude: la seguirán llamando rara, y qué?, a mí me encanta su excentricismo, sus respuestas (las mentales y las reales), la manera tan fantástica de vivir la vida, sus idas y venidas (y no solo de Bélgica a Japón, me refiero a sus pasos del blanco al negro, del cielo al infierno, de la sonrisa a las lágrimas). Me siento muy identificada con usted, mucho.

Sus historias, como siempre, me hacen reir, pero también me entristecen al comprobar la realidad humana (de aquí o de allí, qué más da!). Pero es que su última novela (una de las primeras que publicó, lo sé, pero la última que he leído de usted) me ha hecho vivir una realidad tan excéntrica como la suya, o como la m´kia, como jomateixa.

He pasado unos días geniales en Les, Pirineo de Lleida. Un ambiente familiar (familiar porque los que allí estábamos éramos familias y compartíamos diez días de espacio y actividades), una comida genial, unas montañas que pedían ser pisadas palmo a palmo y un tiempo fresquito, fresquito (como deseamos en verano).

Total, ayer por la tarde, Aina decidió que le comprara una mochila para empezar la Eso estrenando (no, no recuerdo el nombre de la marca, pero sí, era de marca, aixxxxxx!) vale, sí, le dije, pero a cambio vamos a Bossòst caminando (y volvemos), y de paso hablamos y no callamos.

Así lo hicimos.

Pero como antes de emprender camino estaba con el portátil (sí, en el foro) y leyéndola (apenas me quedaban unas páginas) y me daba una pereza terrible subir a la habitación a dejar los trastos, decidí "depositarlos" en el mostrador de recepción (Portátil, cargador del portátil, una chaqueta de Jana y la novela -de la biblio- de Anagrama: Amarilla, ya sabe, de discreta nada).

Pues nada, dos horitas después, al volver, estaba todo... excepto el libro! No me lo podía creer. Buf.

Yo que este año estaba más que decidida a no conocer ni hablar con nadie en la Residencia (como un voto de silencio???) pregunté a diestro y siniestro a la hora de la cena. Mesa a mesa comenté el tema a todas las familias:

Un libro, cómo era?; Vaya, ahora la gente lee?; Y no se han llevado el ordenador?; No jodas, en serio?; Jajajaja, ui perdona!

Montones de respuestas diferentes, y la mayoría divertidas, que me hicieron conocer a quienes compartían espacio con mi familia pero de quienes no sabía ni el nombre.

Me reí mucho, mucho. Hubo respuestas y comentarios que me parecieron más surrealistas aún, pero me lo pasé en grande (sí, vale, estuve en mi salsa, a pesar de mi voto de asociabilidad... que no es ni voto, solo es contagio puro y duro de mis tres virgos).

Me convertí en la del libro. Que jartón de reir con unas chicas de Córdoba, ocasión genial para hablar con aquel papi de buenas pintas (y poca lucidez finalmente), para entrar en un blog que me hizo sentirme cómoda desde el primer momento y suscribirme y, bueno, para charlar con un residente hasta las tantas.

Ahí voy: el tema del libro dió para que este residente, llamémosle Antonio, sacara la psicóloga que hay en mí (esa mezcla genial de carne de terapia, de currante en un bar durante años, y de, bueno vale, cotilla increíble). Me contó y contó, y contó: de dónde sacamos esa capacidad de resumir nuestros cuarenta años en una hora y sin ningún tipo de miedo? Creo que pude ayudarle, sí (por experiencia propia? por sentido común del que suelo carecer? por la objetividad que da la no implicación y el desconocimiento?). Y me lo agradeció. Y yo a él: ser capaz de explicar cómo dar un cambio de rumbo (mental) a tu vida es síntoma que la pasta invertida en terapia -mucha- es rentable. Para tí, y para alguien más.

No, no, el libro no ha aparecido y claro tendré que comprarlo para la biblio (chissssst, enseñaré esta entrada del blog a ver si es un atenuante), pero si quien se lo llevó lo lee, señora mía; si Antonio hace algún cambio en su pensar; si las risas andaluzas de ayer sirvieron para ser un rato felices, que ya le digo que sí, y si acabo publicando esta entrada... hasta la "pérdida irreparable" habrá valido la pena.

Como tantas otras situaciones extrañas!

(sí, sí, como limpiar retretes en Yamamori siendo traductora, filóloga, intérprete...)

Un beso Amélie-San,

Núria (joma)

dissabte, 7 d’agost del 2010

Això, amic meu, només ho sap el vent!

Un pirata, fa ja més d'un any, em va fer conéixer la Katie Melua. No només conéixer-la: em traduïa les seves cançons. I no només les d'ella, es va convertir, cada nit, en el meu traductor personal. Xatejàvem cada nit, sempre que podiem, a cada moment. Tot i no conéixer-nos. No ens calia, però. El sentit de l'humor era força semblant, tots dos estimàvem la nostra llengua i tots dos teniem ganes de saber més de l'altre. Un cóctel perfecte. O els ingredients per un cóctel perfecte. Finalment no ho va ser. I què? Com sempre em vull quedar amb la història, no amb el final, no amb un fragment de la relació, no. Sinó amb alló que vaig aprendre d'ell, i potser, qui sap, ell de mi.

Una cançó d'ella, tornant a la Katie Melua, em va marcar: Piece by Piece. Sí, si m'heu llegit algun cop potser heu llegit un relat que sobre el dol, sobre el procés del dol fa uns mesos vaig escriure. Aquell era un dol particular, però el procés del dol no només contempla una separació, un canvi de domicili, la pérdua d'una feina, el trencament de la relació amb un amic, un trasllat, sinó també la pitjor de les pérdues perquè no té remei: la mort.

(La mort que ens recorda, de tant en tant, que estem vius i que la vida cal viure-la, no només deixar-la passar: gaudir-la, segon a segon, minut a minut. Encoratjats a véncer-la si ens planta cara)

Aquesta cançó té un especial significat per a mi, no només per qui me la va fer sentir (escoltar però sentir, també) sinó perquè vaig voler donar-li un especial significat. I sí, va fer la feina que havia de fer, fa uns mesos. Va servir per un adéu molt dur. Molt dur però molt necessari.

Quan vaig saber que Ella venia a l'Auditori vaig comprar les entrades, de seguida. Eren cares, però vaig poder triar, i els seients escolits, crec, eren bons. Dues companyes de feina em van ajudar, i els vaig deixar sentir alguna cançó.

En el temps des que vaig comprar les fins fa uns dies moltes coses han canviat al meu voltant, però sobretot dins meu, dins del meu cap, dins del meu cor. Prou, em vaig dir. Si tot té un final, el final ha arribat.

I, novament: què faig amb les entrades?

Evidentment, regalar-les. Però a qui? Per quin motiu? (no, sé que no cal un motiu per fer un regal però volia que fos una cosa especial...)

Ja ho tenia, sí, ja ho tenia.

Vaig escriure una nota, a mà, com poques se'n fan avui dia, però amb el cor, sincera. Els explicava, sense entrar en detalls, per què les entrades i per què a elles.

I els les vaig donar: Gràcies, gràcies -van dir.

Però no només això, sovint, les coses, passen per algun motiu: quan la IM va mirar la data del concert (14 d'octubre) el seu gest es va enfosquir, només un segon, tot i que temps suficient per tal d'adonar-me'n...

Recordo la data del trencament de la seva vida, no va ser a l'octubre: De qui hauria estat l'aniversari? -li vaig preguntar.

M'ho va dir, però només això, poc, sense voler continuar amb el tema, el que sempre porta al cor però que no vol que domini el seu dia a dia amb la relació amb els altres.

- NO saps com m'alegro! Passaràs el dia del seu aniversari en un concert preciós i amb una gran amiga teva. Encara em fa més feliç haver-vos triat per regalar-vos-les.

Per què a mi, per què ara, per què d'aquesta manera?

Sí, sovint tot té un perquè, tot i que costi veure'l (o pugui fer mal).

divendres, 6 d’agost del 2010

El carregador

Estem passant uns dies (Genials) a Les, Lleida. Algun dia m'entretindré a explicar-vos on i per què. Total, uns dies de caminar matí i tarda per unes muntanyes i boscos preciosos, de menjar bé, d'estar els quatre junts compartint oci (poques vegades a l'any tenim ocasió d'estar realment així), amb una temperatura magnífica... en fi. Tot fantàstic.

Sempre que fem maletes riem pensant: Què ens deixarem aquest cop? I sí, sempre acabem deixant-nos alguna cosa important, o més o menys important.

Total, ho hem dut tot... menys el cable que serveix per endollar el carregador de la bateria de la màquina de fer fotos a la xarxa. Nop. Hi és l'aparell, la màquina i, per primera vegada, les ganes de fer fotos ja que ens duem la màquina allà on anem però, però... no hi és el cable. Llàstima. La intenció era bona, i evidentment de les fotos fetes jo no hi surto, com habitualment, a cap.

(demanaré explicacions a l'ós de Canejan... potser cola!)

Ps. La cançó d'avui em recorda a molts viatges cantant-la amb les petardes!

(sí, tinc algun escrit al cap, pena que no hi hagi cap cable, oblidat o no, que porti directament els meus pensaments al bloc... encara!)