dilluns, 14 de desembre del 2009

Hoy he vuelto a Verle

Hoy he vuelto a verle. Estoy casada y tengo dos hijas, y a veces, algunas veces, voy a verle. Es una necesidad lo que me conduce a él. No es amor. Ni deseo. Es simplemente necesidad...

Hace días que me había planteado el hacerlo nuevamente. Tomar la decisión es una lucha pero acabo haciéndolo. Siempre acabo haciéndolo.

Llamo y él decide cuándo le va bien. Cuándo y cómo. La hora, el día y el sitio. Y yo acudo. Nerviosa. Como si fuera la primera vez. Y en cambio han pasado tantos años desde nuestro primer encuentro!!!

NO somos amigos. Yo sí le cuento cómo estoy, cómo me siento. Hoy le he explicado que he dejado de fumar y que me siento orgullosa de ello. Él se limita a escucharme en silencio. Alguna vez sonríe.
Siempre pregunta. Lo quiere saber todo de mi. Estás bien? Tus relaciones con tu pareja son satisfactorias? Tu relación es abierta???

No me juzga, jamás me juzga. Pero toma nota de mis respuestas. Para él son importantes. Son básicas en la relación que nos une.

Yo no le pregunto nunca sobre él. De què me servirían sus respuestas a mi? Què haría con ellas? Además, no me las daría. No tiene por què hacerlo, ni sería ético, supongo.

Hoy estaba más nerviosa de lo normal. Lo reconozco. Hacía más de un año de la última vez. Mientras me duchaba esta mañana pensaba en ponerme ropa fácilmente desabrochable, y he agradecido enormemente haberme podido depilar...No estoy cómoda cuando no estoy depilada aunque sé que para él eso no es importante. Nada importante. A él mi físico le tiene sin cuidado. Y a mí no me importa que así sea, claro. Es curioso. Pero no me importa en absoluto gustarle o no. Nada.

Apenas me ha hecho esperar cuando he llegado. Me ha sonreído y me ha dado la mano, son tantos años, ya, compartiendo este momento. Tras unas palabras me he desnudado suavemente. Sin ningún sentimiento de vergüenza. No me incomoda su presencia y él trata de no mirarme. Al tumbarme he sentido un pequeño cosquilleo en el estómago, dichosos nervios. No le he dicho a mi marido donde estaba, sé que luego lo haré. Siempre le hago partícipe de estos momentos. Aunque él no entienda qué siento ahora, él aún no siente esta necesidad. Ya llegará. Todo llega. Y yo estaré a su lado también en ese momento. Quizàs jamás tenga que hacerlo, él.

Sus manos firmes han recorrido mis pechos y mis partes más íntimas. Ya no me ruborizo cuando lo hace. No me gusta, pero no siento ningún dolor. Sé que ambos sabemos porqué estamos allí. Me habla, no me mira a los ojos pero me habla y me aconseja...y yo, como siempre, le escucho, y prometo hacerle caso. Como siempre.

Ya no estoy nerviosa. Me visto de manera ràpida, me he escapado del trabajo para verlo...

Ahora toca esperar. Como siempre. Como siempre que visito al ginecólogo (el mismo desde hace ya muchos años) espero angustiada los resultados. Pero es ley de vida, soy mujer y acudo a él una vez al año.

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